Pablo Muñoz ha explicado en Fin de Semana COPE, con Cristina López Schlichting, que el crimen se produjo el sábado por la noche cuando Israel Rodríguez puso en marcha su plan, muy calculado. Primero asfixió a las dos pequeñas, mientras que a su esposa le fue suministrado algún tipo de sedante y poco después la estranguló con un lazo. Luego se trasladó a otra dependencia de la vivienda donde se quitó la vida ahorcándose.

Cuando la Guardia Civil entró en la casa encontraron en una habitación a un hombre colgado de una cuerda, «que formaba parte de un artilugio preparado al efecto y que parecía haber sido colocado de manera premeditada por él o por alguien que le hubiera ayudado». En la habitación matrimonial, estaba la mujer muerta con dos niñas de tres y cinco años, sus hijas, también muertas y tumbadas en la cama. «Ella en el centro y las pequeñas una a cada lado, perfectamente colocadas, sin signo alguno de violencia, como dormidas, cada una con su peluche y todas bien vestidas de calle».

Junto a los cuerpos fue encontrada una nota escrita por el militar con instrucciones precisas de qué hacer con los cuerpos y múltiples reproches a la familia de ella, con la que parece ser que existían desavenencias. La acusaba de no ayudarles, pero en cambio no se traslucía «ni un ápice de rencor, ni justificación alguna sobre las muertes». Además, manifestó su deseo de cómo debían ser las honras fúnebres de su mujer e hijas. Pedía, entre otras cosas, que las niñas fuesen enterradas junto a su madre.

El autor de las muertes era Israel Rodríguez Miranda, brigada del Ejército de Tierra, condecorado en 2009 por el Ministerio de Defensa con la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo por su participación en acciones de combate contra los talibanes en Afganistán.