Turismo posvirus: cinco destinos españoles sorprendentes
Profundas simas o ríos de colores. La experta Lola Salvador nos descubre sitios desconocidos y con poca gente para visitar

Cinco destinos turísticos que (seguramente) no conoces
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Empezamos el repaso con La Sima de San Pedro en Oliete (Teruel). No debemos confundirla con Olite de Navarra, que queda lejos de nuestro destino, a 230 km.
Esta sima es un gigantesco pozo natural, único en Europa, con una boca de 100 de diámetro y una profundidad de 108 metros hasta el lago que hay en su base, alimentado por el agua que se filtra del río Martín puesto que el paraje de alrededor es muy seco.
Esta cavidad aloja más de 8 especies diferentes de murciélagos, además de otras 25 especies de animales vertebrados como anfibios, aves, reptiles y mamíferos. Para los que quieran disfrutar de la sima, del borde y colgado en el vacío, hay un mirador para los valientes que se atrevan a asomarse al abismo.
Además en los años 80 se celebraron campeonatos de espeleología a nivel nacional e internacional y no solo eso, actualmente se están realizando trabajos de sondeo en el lago para extraer sedimento y así poder datar la sima. Sin embargo, gracias a los registros parroquiales, se cree que el primero que bajó a la sima fue un hombre de Oliete en 1810 y que lo hizo por "fanfarronada”.
La segunda parada es el Río Tinto, en Huelva, Andalucía. Allí, entre otras muchas maravillas y situada a 70 km al norte de Huelva, en Sierra Morena, tenemos una antigua mina de 5.000 años, explotada desde el año 3000 a.C. por, entre otros, Iberos, Tartesios, Romanos, Visigodos y Moros. A lo lago del río extraían cobre, plata, oro y otros minerales hasta el año 2001, momento en el que se cesó la actividad de la mina (incluso hay una leyenda que dice que de aquí se extrajo oro para construir el templo del Rey Salomón).
Como posible resultado de la explotación minera tenemos el Río Tinto, que es muy ácido y con un tono muy rojizo por la disolución del hierro en el agua, por tanto de ahí su nombre. Al ser tan ácido la vida dentro de él es casi imposible a excepción de unas bacterias que se alimentan de minerales de hierro y sulfuro en las rocas del subsuelo del río y que proporcionan condiciones similares a las que hay en, atención, la luna de Júpiter (Europa) o en el Marte subterráneo, lo cual ha atraído la atención de los científicos e investigadores de la NASA.
Antes o después de la mina recomendamos una paradita, también muy interesante: el mirador de Rio Tinto, bien señalizado en la carretera. Desde allí hay una excelente vista de esta "mina a cielo abierto" más grande de Europa. Una vez lleguemos al complejo podremos disfrutar de actividades tan variadas como un paseo en el ferrocarril que unía las minas con el puerto de Huelva (muy recomendable reservar con antelación y si es posible la última salida), El museo minero (ubicado en el edificio del antiguo hospital de la Rio Tinto Company Ltd. completamente restaurado) o la Peña de Hierro: La mina Arco Iris: en uno de los parajes más bellos de la Cuenca Minera, considerado Paisaje Protegido.
Vamos con la tercera parada: el Parque Mitológico Mina Pepita (Cantabria). Estamos en el pueblo de Solares, muy conocido por sus aguas y su balneario. Allí encontramos un parque de acceso libre y gratuito que utiliza una antigua mina a cielo abierto de hierro como escenario para representar los diferentes personajes de la mitología popular cántabra como son los duendes y los trasgos. Perfecto para dar un pequeño paseo. A través de diferentes caminos vamos viendo un paraje natural con impresionantes formaciones geomórficas y una amplia variedad de especies vegetales entre los que se esconden estos seres mágicos y que los más pequeños (y también los mayores) disfrutarán descubriéndolos.
La cuarta nos leva a Trillo (Guadalajara, Castilla-La Mancha).Tal vez a la mayoría de la gente le suene el nombre de esta población por la controvertida central nuclear. Sin embargo, si nos animamos a acercarnos hasta esta pequeña población de la comarca de la Alcarria, descubriremos un paraje de bosque caducifolio, por lo que sobra decir que, en otoño, el cambio de color que sufre la hoja hace que el paisaje tenga preciosas tonalidades de marrones y amarillos que contrastan con la ribera verde del río Tajo, que enmarca a nuestra villa.
Ya en la localidad tenemos el río Cifuentes, que cruza el pueblo, y nos ofrece una bonita cola de caballo de unos 15 o 20 metros, conocida en Trillo como "El Chorreón", antes de desembocar en el Tajo, sobre el que cruza el puente del siglo XVI, que lamentablemente, fue volado durante la Guerra de la Independencia.
Sobre la misma cascada se alza la Iglesia parroquial, cuyo año de construcción no está muy claro, sin embargo, gracias al primer acta matrimonial que se tiene, se podría decir que se encontraba terminada en 1556.
Y ya que estamos, a solo 2 km, llegamos hasta el Balneario de Carlos III, uno de los pocos balnearios históricos que aún conserva las instalaciones de la época romana que se beneficiaban de sus aguas. En 1777 S.M. Carlos III dictó una orden gracias a la que el edificio principal se arregló para hacer las funciones de hospital. También se arreglaron las fuentes, el camino procedente de Madrid y se hicieron magníficos jardines, paseos, fuentes y se colocaron abundantes asientos de piedra, transformándolo todo en un auténtico paisaje versallesco.
El quinto nos lleva al Castillo Butrón (Gática, Vizcaya), situado en un paraje de montaña algo difícil de llegar y escondido entre árboles. Tiene su origen en el siglo XI, cuando se construyó una torre típicamente medieval sobre la antigua casa de los Butrón. A lo largo de los siglos el edificio fue evolucionando según los usos que le iban otorgando sus distintos residentes. Su aspecto actual se debe a la reconstrucción que su último dueño, el Marqués de Torrecilla, don Narciso de Salabert y Pinedo, en el siglo XIX, quien mandó reconstruir el castillo con un estilo exótico, similar a los que en Baviera levantó el romántico y desgraciado rey Luis de Baviera.
El castillo fue planeado por el Marqués de Cubas, inspirado en formas góticas, nórdicas y fantásticas, inventándose almenas, cubos y ventanas, la reconstrucción terminó en el siglo XX. Actualmente está en desuso y es propiedad del grupo empresarial INBISA, además de ser Patrimonio Histórico Español y estar en venta. De hecho el grupo inmobiliario señala que «priorizará aquellas propuestas que se comprometan a una conservación adecuada de este bien histórico y singular, único en España», por lo que no se puede visitar, pero podemos acercarnos al exterior y hacernos unas fotos espectaculares.
Nos vamos a dar un capricho un extra: la playa. Concretamente a la Playa De La Griega (Colunga, Asturias). Una preciosa playa de arena fina y dorada sobre la que finaliza de forma abrupta la montaña y desemboca el río Libardón surge una pequeña senda de poco más de medio kilómetro que lleva a los visitantes hasta unas de las huellas de dinosaurio saurópodo de mayor tamaño descubiertas hasta ahora en todo el mundo.
Es, además, famosa por ser escenario de la serie Doctor Mateo. En las cercanías encontraremos también el Museo del Jurásico de Asturias, para todos aquellos amantes de esta parte de la historia.



