La mascarilla protectora ha pasado a ser, en menos de dos años, un complemento imprescindible en la vida de todos. Nos la ponemos al salir de casa, al entrar en un bar, en un autobús, en el trabajo… y después de un número determinado de horas de uso, debemos tirarla a la basura correspondiente.

Hay quien ha querido que esas mascarillas tengan una segunda vida… pero con una misión muy distinta de la original. ¿Cómo te quedas si te digo que en un pueblo de Granada se han reutilizado las mascarillas para construir el belén de Navidad del Ayuntamiento? La idea fue de la artesana belenista Mayka Gómez Reinoso: “Siempre intentamos que el belén sea lo más sostenible posible y este año hemos dado un paso más. Veíamos un problema con la suciedad que generan las mascarillas, estaban por todos los rincones. Pensamos que podría ser un elemento de construcción para nuestro belén”.

La artesana pasaba por los micrófonos de Fin de Semana de COPE. Para construir el belén, uno de los más grandes de nuestro país, se han empleado diez mil mascarillas procedentes de los propios vecinos de Huétor Tájar y de otros lugares de la comunidad. En la elaboración del nacimiento han participado un máximo de 6 personas turnándose las 24 horas del día.