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No va a haber 155 en Cataluña. Nasti de plasti. El problema es que nos creemos que esto va de solucionar problemas. Y, claro, el español normal, el responsable, el que levanta el cierre de la ferretería o conduce el taxi se dice: “Menudo follón en Cataluña ¿Cómo es posible que las embajadas antidemocráticas, las que se cerraron con el 155, estén abiertas de nuevo? ¿Cómo puede ser que los presos del procés celebren fiestas de cumpleaños en la cárcel y tengan médicos privados? ¿No eran todos los presos de España iguales?”

Y claro, cuando este señor normal y corriente, el trabajador de a pie que paga sus impuestos y cumple las leyes, escucha que Quim Torra habla de la guerra de Eslovenia y que la gente no puede regresar a sus casas tranquilamente el fin de semana en Cataluña, porque unos macarras que se llaman a sí mismos Comités de Defensa de la República, cortan las carreteras, pues se dice: “¡Habrá que hacer algo!”.

Y hacer algo, aquí y en Antofagasta, es sustituir a los que traicionan a todos los ciudadanos que no piensan como ellos. A los dirigentes que usan las instituciones de todos para su negocio.

Pues no, no va a haber 155. Porque esto no va de vivir tranquilamente, ni de organizarnos, ni de respetar a todos. No. Ése es nuestro error. Esto va de elecciones. De cálculos electorales y de encuestas. De gustar a los votantes de Podemos, y los de Bildu, y Ezquerra.

Como vemos en la tele a Borrell o a Margarita Robles, que han servido en Gobiernos serios, nos creemos que esto es un Gobierno normal, pero esto no ha pasado por las urnas. Esto tiene 84 escaños y se apoya sobre los alborotadores. ¿Cómo va a hacerles frente?

En lo único que piensa Pedro Sánchez es en mejorar en las encuestas, que hay que ver el revolcón que se ha llevado en Andalucía. Así que, como mucho, como mucho, si esto se pone peligroso, el Gobierno podría enviar policías a Cataluña y asumir las competencias de Interior. Lo han dicho tanto Borrell como Lambán en COPE, a Herrera.

Personalmente me pasa como la que conduce taxis. Que no entiendo muy bien por qué es más grave que los CDR corten las carreteras a que Torra reabra las embajadas en el exterior. Quiero decir, la Generalitat está empleando todas sus fuerzas al servicio de la secesión -no sólo los mossos d’esquadra-. Lo que hay que  parar allí no sólo son las amenazas de violencia callejera. Pero eso son tonterías nuestras, que nos importa Cataluña y su gente. A Sánchez le basta con ordenar las apariencias.

Si el orden público se interrumpe el viernes 21, víspera de la lotería, -hasta la TV3 ha explicado en un croquis cómo van a ocupar los macarras independentistas el aeropuerto, las aduanas y las carreteras-, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado entrarán en funcionamiento.

Con el golpe sobre la mesa se garantiza una subida en las encuestas -no hay en el PSOE quien no tuerza el gesto al hablar de Cataluña-. Por otro, evitando el 155 se gana distancia de Rajoy.

Entretanto, la situación en la autonomía aumenta en gravedad día tras día. Pero eso qué importa. Lo importante es ganar.