Elon Musk es conocido principalmente por dos cosas: por ser un visionario y un excéntrico. Es un hombre que ha prosperado de manera notable en el mundo de la tecnología: coches eléctricos, conducción autónoma, viajes espaciales… Un sinfín de avances que abren el camino hacia nuevas formas de hacer.

El último del que hemos tenido noticias se llama ‘Neuralink’. En pocas palabras: es un aparato que se conecta a tu cerebro y, a su vez, este se vincula con un ordenador. Hemos visto cómo un mono, con este aparato enchufado, conseguía jugar al ‘pong’, el videojuego clásico de dos palas verticales que intentan colar una pelota en el otro lado.

Esto, que parece una nimiedad, es la posibilidad el día de mañana de tener conectada tu mente siempre a un ordenador. Stella Luna de María, CEO de Pentaquark Consulting y experta en Ciberseguridad, asegura en Fin de Semana con Cristina que este tema le “fascina”: “Me captura, podríamos hablar horas y horas de él, me apasiona, tiene muchos ángulos sobre los que reflexionar. Hay un momento en que el chip es capaz de ejecutar la acción sin necesidad de mover el joystick, esto abre muchísimas opciones, muchas cosas muy positivas y otras muy discutibles. Esto abre la puerta a que no toquemos ni miremos, la mente está conectada con lo demás. Es un futuro apasionante y, a la vez, controvertido”.

Stella explica que “puede ser muy útil para personas con parálisis, para gente que ha sufrido accidentes de tráfico y ha perdido algunas de sus capacidades motoras o del habla, gente con enfermedades neurodegenerativas, que hacen que el cerebro tenga circuitos dañados. Con estos chips se podrían restablecer. La gente de Neuralink ha dejado claro que no quieren saber lo que sucede en el cerebro o cómo una neurona descifra información sino que van a tratarlo como impulsos eléctricos que llegan en un circuito analógico y, a través del chip, lo convierten en algo digital, unos y ceros, y eso es un dispositivo electrónico más. Es un punto de vista muy pragmático pero establece una nueva frontera. En lugar de enfocarlo desde la química se enfoca desde la electricidad”.

La experta en tecnología cuenta que “antes los aparatos eran un adaptador en la cabeza conectado a una máquina y gente con parálisis podía mover manos y piernas. Ahora hacen un pequeño agujerito en el cráneo y meten un chip del tamaño de una moneda, tiene muchos filamentos de un material especial para que el sistema inmunitario no reaccione mal a la presencia de un cuerpo extraño. Son muchos filamentos diminutos de este polímero, se meten bajo el cráneo, se cierra bien y por fuera lleva una conexión parecida a lo que es un sonotone tras la oreja. Lo puedes enchufar a cualquier aparato electrónico y puedes controlar el dispositivo. Como se funde mejor con la masa viscosa habrá menos reacciones negativas, se puede producir de manera masiva, etc., y que dentro de 10 años todos lo llevemos dentro. Es a lo que ellos aspiran pero hay que ver los efectos a largo plazo, como todo en la ciencia”.

Sobre la manipulación del cerebro por un chip, Stella no lo oculta: “Como toda máquina, es susceptible de ser atacada y hackeada, eso es verdad, así que es una barrera, pero es solo una consideración más de entre muchas. O que haya interferencias o que a nivel electrónico, al estar conectado a otras muchas cosas, pueda afectar… es delicado”.

La CEO de Pentaquark Consulting, en todo caso, se muestra cauta: “Soy amante de la tecnología, pero en casa del herrero, cuchillo de palo, yo jamás me metería este chip en el cerebro”.