¿Se puede retroceder en el tiempo? Un equipo de físicos austríacos lo consigue con una partícula
Un equipo de científicos austríacos, liderado por el español Miguel Navascués, ha demostrado que, al menos en el mundo cuántico, es posible retroceder en el tiempo a una partícula como un fotón - la partícula elemental de la luz - para que recupere su estado original.

El físico Miguel Navascués y su equipo logran que una partícula retroceda en el tiempo
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Un hallazgo histórico que desafía nuestra comprensión del universo. El experimento, realizado en la Universidad de Viena, convierte en realidad lo que hasta ahora parecía ciencia ficción: “Lo que hicimos fue rebobinar el estado de un fotón”, explica Navascués , miembro de la Academia de Ciencias Austríaca. “Un fotón, como cualquier sistema físico, cambia de estado con el tiempo. Intervenimos sobre él para devolverlo a su estado anterior”.
El hallazgo se basa en protocolos universales de manipulación temporal, diseñados primero de forma teórica y luego implementados en el laboratorio. Según Navascués, cualquier sistema simple —como un electrón o un fotón, que solo pueden almacenar un bit de información— podría retroceder en el tiempo con esta tecnología actual. Sin embargo, hacerlo con organismos complejos, como los seres humanos, es prácticamente imposible: “Para retroceder a una persona un segundo habría que invertir billones de años”, asegura el físico.
Además de rebobinar, los científicos han descubierto que es posible “transferir tiempo” entre sistemas, acelerando el envejecimiento de unos a costa de frenar el de otros. “Podríamos hacer que cuatro partículas no envejezcan nada y que una quinta envejezca el equivalente al tiempo de todas ellas”, explica Navascués.
Por ahora, este avance es una curiosidad científica sin aplicaciones inmediatas, pero abre una puerta insólita a nuevas formas de manipular procesos físicos y químicos. “En el siglo XIX nadie sabía qué hacer con la electricidad. Quizá en el futuro alguien encuentre una aplicación revolucionaria”, reflexiona el investigador.
El trabajo, pionero en la historia de la física cuántica, no promete viajes en el tiempo al estilo de Hollywood, pero sí demuestra que las leyes temporales son más flexibles de lo que nunca imaginamos.