Arturo Valls: “He basado mi personaje de ‘Desencarrilados’, un cuarentón desfasado, en Enrique Ponce”
El famoso presentador y actor pasa por Fin de Semana con Rosa Rosado para hablar de su actuación en la comedia del verano

Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tras 6 meses de estado de alarma uno lo que desea es salir de su ciudad, incluso de su país, y ver mundo. ¿Y si ese viaje estuviera, además, recompensado? Imagina que iniciaste un interrail con unos amigos pero ese viaje no llegó a su fin. Luego uno de esos amigos fallece y deja como última voluntad que los demás hagáis ese viaje hasta el final y lo documentéis y se os premiará con una herencia muy jugosa.
Pues esa es la premisa de esta divertidísima película que es “Descarrilados”, dirigida por Fernando García-Ruiz Rubio y protagonizada por, entre otros, Arturo Valls, quien ha pasado por Fin de Semana con Rosado Rosado para presentarla: “El ‘feedback’ está siendo muy positivo, mucha gente yendo al cine a verla, muchas risas, que es de lo que se trata y lo que busca la película. Vamos a esperar al domingo pero por ahora va muy bien, además había muchas ganas de viajar y la peli promete eso: viajes y juerga, mucha fiesta”.
Lo más relevante es que todo se basa no en la amistad sino en el dinero contante y sonante porque los tres amigos apenas se ven pero en cuanto suena la cifra se ponen en marcha: “Vamos directos a por la pasta, además somos los típicos amigos que se reencuentran tras más de 20 años y con los que te has distanciado tanto que no sabes de qué hablar, como estas fiestas de reencuentro del colegio, esto es parecido, pero claro, 600.000 euros une mucho”, asegura entre risas.
Sobre su personaje, Costa, un caradura, Valls reconoce que le salen “muy bien” los personajes así: “Por lo que sea me van muy bien. Lo que le pasa a él y a sus amigos es que son unos inmaduros, no han madurado y ahora se enfrentan a la realidad: un viaje que se hacía con 20 años y ahora no toca, ahora son cuarentones y es un viaje que hacen chavales, eso es un choque generacional tremendo. Sus maneras de ligar, comportarse y salir… los cuerpos ya no aguantan esas resacas. De hecho he basado mi personaje en Enrique Ponce, está viviendo una segunda juventud y eso provoca comedia. Eso es la peli: enfréntate a la realidad de que ya no tienes 20 años”.
La película se basa mucho en clichés, algo que no duda en reconocer el coprotagonista: “El guionista no ha dejado títere con cabeza porque le mete caña a todo. En todos los viajes se mete con todo el mundo del lugar, pero nos redime que nos metemos con nosotros mismos de cómo somos los españoles de gritones y despistados. Es humor gamberro y costumbrista que va a conectar mucho con el espectador, no tenemos miedo al ridículo”.
Cuando Arturo aceptó la película le prometieron viajar por toda Europa y dijo “sí” sin dudar, pero entonces llegó la pandemia: “Podía salir mal… y salió mal, llegó el virus, hizo peligrar el proyecto y lo que iba a ser viajar por Europa se convirtió en viajar por Bilbao, toda la película está rodada allí con distintos decorados, chromas y la magia del cine con sus efectos digitales. Y por supuesto la magia de Bilbao que hace posible que parezca que estamos en toda Europa, es increíble cómo han salvado el trabajo”.
En todo caso Arturo reconoce, divertido, lo mal que lo pasaron con el ‘racord’: “Empiezas con un peso la película y con esos chuletones y esa comida tan buena yo me veía acabando la película haciendo ‘Toro salvaje’, imposible contenerse”.
Los tres protagonistas son cómicos y personas a las que le gusta mucho el humor, lo que implica que tomarse en serio las cosas era difícil: “En algún momento hubo que repetir algún plano porque la propia figuración o los extras de repente se ponían a reír y había que cortar, sobre todo con las improvisaciones y algunos diálogos que no están previstos, metíamos morcillas y había que repetir, sobre todo en el aeropuerto con las togas rosas medio en pelotas, eso fue un cuadro divertidísimo de rodar. Aunque siempre con protocolo covid, algo más engorroso por los tiempos y las mascarillas, pero fue una liberación poder rodar y salir de casa en el inicio de la segunda ola”.
“El cine es seguro, la cultura es segura, y la comedia es particularmente necesaria”, finaliza Arturo, que añade que “no es lo mismo verla en una pantalla o pantallita que en una sala a oscuras con risas compartidas, te contagias de las risas de los demás y la experiencia te llena mucho más que en casa. Que no se pierda la costumbre de ir al cine”.