Una de las cuestiones que se plantea en este trabajo es si puede haber un riesgo de involución sobre una de las libertades fundamentales como es la libertad religiosa. En este sentido el profesor José Carlos Cano afirma que así es "en lo que son sus manifestaciones externas, como la capacidad de inmatricular; es decir de tener templos propios". Pero hay muchas técnicas para coartar este derecho "como el sometimiento a la autoridad gobernativa, la necesidad de permisos, las restricciones de orden público", ha explicado. 

Una de las tesis del libro afirma que los argumentos que manejan los que quieren cambiar la situación no son de naturaleza jurídica sino ideológica: "El derecho en este caso concreto de las inmatriculaciones es de tipo jurídico. Es decir, dar publicidad en el registro a una propiedad incontestable. Sin embargo, mezclar derecho e ideoilogía no es una buena idea. En el derecho siempre subyace una ideología pero si vamos contra los hechos contrastados jurídicamente a base de opiniones ideológicas, no podemos rebatirlas más que con argumentos jurídicos".

"Sin embargo -ha afirmado J. C. Carno- para nuestra sorpresa hay informes incluso en los que se dicen herejías jurídicas como que la mezquita es un bien de titularidad pública. Nosotros sostenemos que nunca lo ha sido porque primero fue iglesia visigoda, luego mezquita musulmana y luego catedral católica durante más de setercientos años. O sea que de bien de titularidad poública nada de nada"

En el fondo de este trabajo colectivo que ha publicado el Foro Europa Ciudadana subyace el debate de cuál es el papel de la religión y de los diversos cultos en el espacio público: "En nuestro caso la constitución vigente es unívoca. Hay neutralidad, una confesionalidad positiva en el sentido de integración y apoyo por parte de los poderes públicos. No es una cuestión baladí la que hemos intentado exponer. No hay una cuestión de tolerancia. Aquí no se tolera nada. Lo que hay que hacer es establecer las herramientas para que las manifestaciones del culto se acompasen con las necesidades jurídicas, que en este caso era la protección del registro e inmatriculación de un bien tan importante como es la Catedral en la que lleva celebrándose el culto durante ocho siglos".

Por último el invidado ha advertido que una hipòtética expropiación iría contra la libertad religiosa: "En nuestra opinión iría también contra la Carta de Niza y el Convenio de Europa".