La ciudad de Onubense comienza nueva etapa episcopal de la mano de Monseñor Santiago Gómez Sierra, quien ha tomado posesión como nuevo obispo de Huelva el pasado sábado 25 de julio..

Un nombramiento que se hizo público el pasado día 15 de junio. La eucaristía tuvo lugar en la Merced, en el interior de la Santa Iglesia Catedral y estuvo presidida por el arzobispo de Sevilla, mons. Juan José Asenjo, que ha estado acompañado a su anterior obispo auxiliar y por el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, entre otros.

Monseñor Santiago Gómez, ha compartido con los oyentes de El Espejo las primeras impresiones de este mandato, que vive con gran ilusión. A sus 62 años, el nuevo obispo califica esta toma de posesión como una “experiencia espiritual intensa, de comunión eclesial”. Contaba también cómo está viviendo estos momentos y dice que “sintió ese vínculo como el de Dios con su Pueblo”.

Nacido en Madridejos, Toledo, es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación y en Teología. Fue ordenado sacerdote en la Diócesis de Córdoba el 18 de septiembre de 1982, Diócesis donde desempeñó en dos ocasiones la figura de vicario general. Aunque no reniega de su tierra, Madridejos, se siente un andaluz más, pues su camino sacerdotal se ha desarrollado allí.

Recordando el día de su toma de posesión, el obispo Gómez, lo sentía como “un momento importante de experiencia eclesial, de comunión con la Iglesia que esposaba y con el Colegio Episcopal del que formo parte, y con el Santo Padre que me nombraba obispo”.

La Diócesis de Huelva tiene una singularidad especial por la religiosidad popular en esa tierra, en especial en El Rocío, a lo que respondía que ese era “su desafío”. El mismo reconocía haber visto con sus propios ojos la cantidad de gente que hay siempre visitando a la Virgen del Rocío en Almonte. Insistía en la necesidad de transmitir la fe a las nuevas generaciones, para que la “piedad popular” no decaiga.

Respecto a la problemática social, sobre el tema migratorio en Huelva y la tarea de la Iglesia, Monseñor aclaraba que la ligazón es íntima y citaba una frase del Papa Francisco que decía que “ la primera consecuencia que tiene para una persona que recibe el primer anuncio de que Dios la ama, es que empieza a preocuparse por el bien de los demás, particularmente por los más pobres", y esa es la labor que debe tener la Iglesia. Y afirmaba que iba a interesarse por esa involucración de la Iglesia en estos asentamientos.