Se cumplen 150 años de la muerte de San Antonio María Claret. Por eso los claretianos están de jubileo y Carlos Martínez Oliveras, profesor del Instituto teológico de vida religiosa, analiza su figura para nuestro tiempo en El Espejo.

Martínez olvieras asegura que "al padre Claret le tocó vivir un momento difícil, cuando le llegó la carta de la reina fue un choque. Porque no se la esperaba. Esa relación con la reina la vivió con tres claves: integridad, libertad y fidelidad. Con integridad porque tuvo que mantenerse muy responsable ante una situación en la que a veces la propia corte podría estar enturbiada y él mantuvo un trabajo íntegro. La libertad porque en algunos momentos tuvo que manifestar a la reina su desaprobación, incluso interrumpió dos veces su ministerio hasta que la reina recondujo la situación. Y la fidelidad porque en un asunto tan complicado como el reconocimiento del reino de Italia para la corona, el padre Claret se tuvo que apartar de la corte por fidelidad a la Iglesia y también volvió a la corte depsués, por el mismo motivo".

Al padre Claret le tocó vivir tiempos convulsos y además participar en ellos de una forma activa. Esto le proporcionó también muchos reveses y personas contrarias a sus acciones: "Tuvo varios intentos de envenanmiento y un atentado. Volvía del Concilio Vaticano I y se refugió en el sur de Italia, exiliado en un monasterio".

El padre Claret "lleva adelante una misión de servicio a las gentes de España, mediado por la misión que le encarga la Corona. En ese tiempo él vivió una polarización política extraordinaria. Estaban los carlistas y los isabelinos y las tensiones entre conservadores y liberales eran muy fuertes". A pesar de ello el profesor relata que "fue capaz de mantenerse al margen en todo momento para llevar a cabo su misión".

Por este Año jubular que celebran los claretianos, su superior les ha enviado una carta para "actualizar el carisma del padre Claret al tiempo que vivimos hoy. Habla del discernimiento, una palabra que destaca con importancia. Al padre Claret le tocó discernir si ser arzobispo de Cuba un mes después de fundar los claretianos. El discernimiento en este momento tan crucial es una clave fundamental. El segundo es la innovación, puesto que el padre siempre trato de innovar para llevar el Evangelio".

"En su tiempo también hubo campañas de difamación contra él y contra el clero en general. No cabe duda de que tendrían sus debilidades, pero hubo unas campañas de manipulación en el siglo XIX y él se dio cuenta de que la mejor forma de combatir esto, era con formación muy fuerte para llevar adelante las tareas de Evangelización".