Chris Gault dejó su carrera de médico para seguir su vocación al sacerdocio en la Orden de Predicadores. Para eso se está preparando en el convento de los dominicos en Dublín, pero cuando el gobierno británico hizo un llamamiento a los médicos jubilados para que se reincorporaran, se ofreció como voluntario tras un diálogo con sus superiores. El hermano Chris ya estáde vuelta enelHospital Mater Infirmorum de Belfast, su ciudad natal, y desde allí se ha mostrado impresionado por la lucha sin cuartel de sus colegas contra el coronavirus.

Reconoce que tanto la medicina como el sacerdocio responden a una llamada vocacional, pero subraya que sigue teniendo claro que la llamada definitiva para él es el sacerdocio, una vocación de la que intentó huir durante años, pero cuando finalmente respondió, encontró una paz inmensa.

El prior de su convento en Dublín, John Walsh,dice que,aunque echan de menos a Chris, le han enviado con alegría a esta lucha contra la pandemia, aunque supone un gran sacrificio para él y para toda lacomunidad dominica. En cualquier caso, su trabajo como médico es una forma de predicación, el carisma fundamental de los dominicos.

Mientras tanto el hermano Chris tiene que hacer malabarismos para buscar horas de estudio entre sus turnos en el hospital, ya que tendrá que afrontar sus exámenes de filosofía y teología en agosto. Naturalmente, echa de menos poder comer y rezar con los hermanos en el convento, pero enfundado en su mono de médico ha lanzado un mensaje en el que anima a todos a dirigirse al Señor y a mantener viva la esperanz