Cornelius Sim cuenta sólo con tres sacerdotes para cuidar a la minoría católica de una de las pocas monarquías musulmanas absolutas que quedan en el mundo. Es el Vicario apostólico de Brunei, que el pasado domingo recibió una de las sorpresas de su vida cuando el Papa leyó su nombre dentro de la lista de nuevos cardenales.

Brunei está enclavada en la costa de la isla de Borneo y rodeada por territorio de Malasia. Dos tercios de la población son musulmanes, regidos por la Sharia (ley islámica), que sólo se aplica a los musulmanes. El 13 por ciento son budistas y el 10 por ciento cristianos, la mitad de ellos católicos, unos 21.000. El 70% de los católicos son trabajadores migrantes de Filipinas. Otro 20 % proceden de Indonesia, India y Malasia, y tan sólo un 10% son nativos de Brunei. El futuro cardenal reconoce que son afortunados por tener una comunidad filipina importante que hace que la Iglesia de Brunei sea muy viva y se enriquezca con numerosas devociones populares.

En este país tan singular, regido por el sultán HassanalBolkiah, los católicos son libres de celebrar la fe dentro del recinto de los templos y en sus hogares, pero las demostraciones públicas están restringidas. Su historia comienza en 1587 de la mano de los franciscanos pero sólo 400 años más tarde, en 1987,Brunei se convirtió en prefectura apostólica y Juan Pablo II nombró al entonces padre Sim como primer prefecto. En 2004 se convirtió en vicariato apostólico, un paso más hacia la conformación de una diócesis. En estos 33 años que lleva al frente de su comunidad, el obispo Cornelius Sim ha aprendido a bandearse con realismo en un entorno complejo, aprovechando los espacios de libertad y la tolerancia del sultán con la minoría cristiana.

Como podemos imaginar esta comunidad necesita la ayuda de la Iglesia universal, que le llega cada año a través de Obras Misionales Pontificias. El pasado año enviaron 27.000 dólares de la recaudación del DOMUND para atender a las necesidades de lo que puede parecer tan solo un grano de mostaza, en el que se ha fijado el Papa Francisco para señalárnoslo a todos.