Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Pamplona y Tudela han publicado la Carta Pastoral titulada 'El desafío de la soledad'. La soledad, una lacra que se sufre desgraciadamente a menudo en esta sociedad, y más aún con la situación que nos deja el coronavirus. El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, mons. Francisco Perez, ha desgranado esta carta en El Espejo de la Cadena COPE.

Existen muchas formas de soledad, el prelado explica que redactan esta carla al ver "las dificultades que hay hoy en día y lo estamos viendo de una forma especial ahora. Existe la soledad de los que se acercan al Señor, pero otra es la soledad psicológica, afectiva... donde vemos que existen casi 2 millones de personas mayores que viven solas, millones de casas unipersonales en España... Hay distintas formas de soledad, y esta soledad que deja un rastro y que uno se muestra apesadumbrado hace que no se vea una solución. Tiene que haber una mano amiga, alguien que llama por teléfono, alguien que ayude... como esta haciendo Cáritas por ejemplo. Para que nadie se encuentre sin ese calor humano".

La soledad siempre ha estado presente en la historia de Dios con los hombres: "Lo cuenta muy bien el Génesis y el Salmo 25 cuando dice 'Estoy solo y afligido'. Dios nos ha creado personalmente e individualmente pero para que vivamos en comunión. La sociedad y la Iglesia es imagen de la trinidad, Dios no es un Dios solitario sino que es comunión. Esto nos muestra cómo la imagen que Él imprime, tiene que tener esta salida y poder relacionarse con el otro, poder compartir, poder llorar... Ahora vemos como con la pandemia la gente no sale de casa por temor, y a veces está sola y angustiada. Es importante mostrar que hay una soledad que debe cubrirse con la armonía de que somos hermanos y podemos ayudarnos los unos a los otros".

El prelado cita al papaemérito Benedicto XVI que dice "que en la gruta de Belen la soledad del hombre ha sido vencida. Nuestra casa puede construirse sobre roca, podemos proyectar nuestra historia con la certeza de que Dios está presente y nos acompaña. Nadie puede sentirse solo. Dios es más cercano a nosotros que nosotros mismos. Esto es lo que nos está pidiendo esta circunstancia: que ensanchemos el corazón. Dios es cercano y está con nosotros. La Escritura nos dice que no tengamos miedo, que Él estará con nosotros hasta el final de los tiempos".