Este año, la Coordinadora de Tierra Santa, el grupo de obispos de 11 conferencias episcopales de Europa y América que se reúnen para abordar las problemáticas que sufren los cristianos de Tierra Santa y buscar soluciones, se ha reunido de forma telemática debido a la pandemia. Entre los obispos que forman parte de la Coordinadora participa, representando a la Conferencia Episcopal Española, monseñor Joan Enric Vives i Sicília, arzobispo y obispo de Urgel.

Esta reunión es ya la vigésimo primera de una iniciativa que nació tras la terrible Intifada del año 2000. "Quizá, en el inicio, fue una iniciativa muy de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. Las conferencias episcopales de aquellos países que habían tenido siempre intereses en el Medio Oriente. Pero luego, la Santa Sede auspició que todo fuese más compartido con más conferencias episcopales", explica el obispo de Urgel.

Una de las cosas buenas de esta Coordinadora es que permite a los obispos conocer de primera mano la situación que afrontan los cristianos de Tierra Santa. Una situación que ha sido especialmente complicada en este año, sin peregrinaciones a causa de la pandemia, lo que constituye la forma de vida de multitud de cristianos. "Hay algunos signos de esperanza, como que se haya acabado con la interinidad que había en torno al patriarca latino de Jerusalén. Después de unos años como administrador apostólico, ha sido nombrado monseñor Pierbatistta Pizzaballa, O. F. M.. Es algo muy importante porque aporta estabilidad", ha señalado Mons. Vives. La Coordinadora de Tierra Santa ha mantenido encuentros con las parroquias de Tierra Santa, con la pastoral juvenil, con los cristianos de Gaza y con el mundo de la educación.

El representante de la CEE en esta Coordinadora ha señalado que el cómputo de los cuatro años como presidente de los Estados Unidos de Donald Trump no ha sido muy positivo para "el balanceo entre los dos estados (Israel y Palestina) y la ciudad de Jerusalén, con un estatuto propio. Se está haciendo muy complejo, especialmente con la Ley Fundamental de 2018, que definía al Estado de Israel como una nación-estado del pueblo judío. Eso genera muchos problemas para los ciudadanos que viven en Israel", ha explicado monseñor Vives.

"Esta todo muy cerrado. Todo el mundo está esperando a que la Covid pase, pero todavía no pasa. Y claro, cuando uno habla con Gaza, piensa '¿llegarán las vacunas? ¿en qué condiciones llegarán?'. Eso clama al Cielo. Luego, las viviendas... las comunidades cristianas están velando para que las jóvenes parejas no tengan que emigrar, con ayudas. Hay un nivel educativo muy alto en Palestina, además de en Israel..." ha señalado el obispo de Urgel.