'Un arraigo sobre el alambre' es la frase que deja este estudio riguroso y profundo llevado a cabo por Cáritas Española y por la Universidad Pontificia de Comillas que versa sobre la población inmigrante en España. Juan Iglesias, experto en migraciones de la UPC y Daniel Rodríguez técnico del equipo de estudio de Cáritas, han desgranado en El Espejo de la Cadena COPE, la situación del inmigrante en España.

Pero lo primero debemos saber quién es ese inmigrante o cuál es su perfil: "La población inmigrante en España es cada vez más importante en el país, ya que representan más del 16% de la población total. Concentración latinoamericana y marroquí, feminizada ya que el 52% son mujeres, con estudios muy similares pero algo por debajo de la población española y es una población joven".

"El 74% de los inmigrantes llevan más de diez años en España. Su hogar está compuesto por familias, y no tanto con la idea que existe de pisos compartidos. Uno de cada tres tienen la nacionalidad española, dominan el idioma y su deseo es quedarse en España. Esto es lo que llamamos arraigo". Pero a pesar de ello existe "una baja integración económica laboral".

Juan Iglesias explica que hay una "distancia enorme entre las imágenes que tenemos sobre los inmigrantes en la sociedad y la realidad. Por ejemplo, en el tema de la irregularidad se asocia mucho a la inmigración y resulta que tan solo el 7% es irregular en España. La situación más importante es la nacionalidad. La irregularidad es importante y hay que preocuparse por ella, pero no conforma el conjunto de la población".

"El nivel de estudios es igual o algo inferior a la población nativa. La población inmigrante asume un rol de inferioridad, quizás porque no tienen ahorros, porque tienen que mandar dinero a casa, pero no pueden elegir ya que su necesidad es apremiante", relata Daniel Rodríguez. Por su parte el experto en migraciones de la UPC asegura que esta situación "tiene que ver con la importancia que ha tenido para España tener trabajadores más baratos y la población ha sido utilizada para dar viabilidad a ese modelo".

Sorprende por otro lado la alta tasa de actividad de esta población: "El 72% de la población inmigrante es activa frente al 57% de los nativos. Por tanto es una población joven y activa. Si vemos las situaciones de renta, pobreza y exclusión ya de por sí tendría sentido que hicieran un mayor uso del sistema de protección social. Pero no es así. Solo el 12% hacen uso de este sistema de protección pública".

"Las políticas de integración tienen que ser para reducir la conflictividad y para que mejoren la cohesión social. No pueden ser políticas exclusivas para un colectivo, tienen que incidir en la población vulnerable que peor lo está pasando, sin ningún apellido más".