La familia Wilson ha regresado a Barcelona para acudir a las Ramblas, donde su padre, Ian, perdió la vida el 17 de agosto de hace un año y su hija Fiona quiere demostrar que los terroristas no lograron su objetivo porque, a pesar del dolor, "es más fuerte todo el amor y apoyo" que recibieron.

Fiona Wilson, canadiense y policía de profesión, ha explicado en una entrevista a EFE Televisión que quieren mostrar que los terroristas "no lograron su objetivo" porque no tienen miedo de volver a España, donde quieren dar un mensaje claro.

"A pesar de todo el dolor, el amor y apoyo que recibimos tras el ataque es más fuerte. Volveremos cada año a recordar a mi padre", ha explicado Fiona con entereza, a pesar del dolor.

Ian y su mujer Valerie se encontraban en las Ramblas de Barcelona el 17 de agosto, él perdió la vida y su mujer se recupera de las lesiones que aún sufre en la espalda y el hombro y que le han acarreado ya dos operaciones y "mucho dolor".

Sin embargo, lo peor es que "tiene el corazón roto" y echa de menos a su marido, con quien compartió 44 años de una vida que ahora debe rehacer sin él.

La familia Wilson ha querido regresar a Barcelona para recordar lo ocurrido y visitar las Ramblas, pero también para estar "hombro con hombro" junto a todas las personas que, de una u otra manera, también fueron víctimas del atentado.

Sobre todo, Fiona quiere mostrar su agradecimiento por "las muestras de apoyo, comprensión y cariño" y toda la ayuda que recibieron sus padres tras el atentado, las personas que acompañaron a su padre en sus últimos momentos y no le abandonaron, así como los sanitarios que atendieron a su madre.

Fiona Wilson habla con un gran cariño de Albert, el hombre que les ayudó a localizar a sus padres aquella noche y con quien se han mantenido en contacto.

"No tenemos miedo a viajar, no tenemos miedo de venir a España", asegura antes de reiterar que nunca podrá expresar suficientemente su agradecimiento a todos los que ayudaron a su madre en aquellos momentos.

La policía, el personal sanitario "extraordinariamente humano", recuerda Fiona, son "gente maravillosa".