Lorca rinde homenaje a Valencia en el primer aniversario de la dana
Alcaldes de varios municipios del Guadalentín guardan un minuto de silencio por las víctimas en el Centro Municipal de Emergencias, con la asistencia del concejal de Chiva Ramón Lemos

Lorca - Publicado el
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La localidad de Lorca ha guardado un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la dana de Valencia al cumplirse el primer aniversario de la tragedia.
El acto se ha celebrado en el Centro Municipal de Emergencias de Lorca y ha contado con la asistencia de alcaldes de varias localidades de la comarca murciana del Guadalentín a los que se ha sumado Ramón Lemos, concejal de Chiva, una de las localidades valencianas que recibió el auxilio y la solidaridad de los lorquinos tras la catástrofe.
Un año de reconstrucción lenta
Según ha explicado, un año después de la catástrofe, los vecinos de Chiva siguen “rezando para que no vuelva a llover muy fuerte”. Denuncia que las obras avanzan a un ritmo muy lento y “no se están cumpliendo los plazos que se han prometido”. La situación es especialmente grave para el sector agrícola: “la agricultura está muy dañada y los propios agricultores no pueden entrar en sus parcelas”.
Las obras van muy despacio, no se están cumpliendo los plazos que se han prometido”
Concejal de Chiva
La reconstrucción del barranco se limita a rehacer los muros que ya existían, pero sin encauzar el agua en la parte inundable, que fue donde se originó el desbordamiento, ha lamentado. Además, los diques de la sierra siguen destrozados, lo que significa que “si viene otra tromba de agua, pues nos va a pasar poco más o menos que lo mismo”. La sensación general es de una lentitud desesperante: “Muy despacio, la verdad que muy despacio la reconstrucción”.
La importancia de la prevención
Ramón Lemos recuerda cómo la dana les “pilló a todos por sorpresa”. La falta de preparación fue total: “No teníamos protocolos, no teníamos nada, y fue un poco más como que, sálvese quien pueda”. Las primeras horas fueron críticas, con cortes de luz, agua y comunicaciones fallando. Esta experiencia subraya la importancia de “actuar antes de para que la población no sufra tanto la descoordinación”.
La sensación de aislamiento fue abrumadora, según el concejal: “Parecía que que estábamos incomunicados del mundo, nadie nos escuchaba”. Por ello, insiste en que “es muy importante que se haga un un protocolo”. Una de las claves para la prevención es la limpieza de los barrancos, una tarea que se ha visto obstaculizada por trabas burocráticas.
Lemos explica que antes de la dana, una ley autonómica impedía tocar los cauces, obligando a pedir permiso a la Confederación Hidrográfica del Júcar, que “tardaban dos años en contestarte”.
El concejal señala la ironía de esta norma, ya que las cañas, una especie invasora, eran a menudo la causa de los tapones que provocaron desbordamientos. “Se ha demostrado que un cauce limpio siempre causa menor daño que un cauce lleno de cañas y de y de árboles”,ha afirmado.
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