Verano y Urgencias Pediátricas: Los peligros invisibles que más preocupan a los médicos
Verónica Fernández, pediatra en urgencias del Hospital Ribera Virgen de la Caridad en Cartagena, ofrece recomendaciones de cara al periodo estival
Murcia - Publicado el
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La salud de los más pequeños de la casa no entiende de estaciones del año, aunque en verano hay dolencias que se ponen en lo alto de la lista de una puerta de urgencias. Otitis, golpes de calor, ahogamientos, picaduras y deshidratación centran las urgencias infantiles en verano.
El verano es sinónimo de diversión, vacaciones y playa para los más pequeños, pero también de un repunte en las urgencias pediátricas por motivos muy concretos. Verónica Fernández, pediatra en el servicio de Urgencias del Hospital Ribera Virgen de la Caridad en Cartagena manda un mensaje de precaución y advierte de las incidencias más importante en los próximos meses.
Aunque los catarros y los virus gastrointestinales siguen presentes, el calor y la exposición prolongada al agua y al sol provocan un aumento de patologías propias del verano: otitis por baños frecuentes, infecciones de orina por mantener el bañador mojado mucho tiempo, quemaduras solares y deshidratación.
el bañador mojado
“Es fundamental llevar un bañador seco y cambiarlo si van a estar un rato fuera del agua. Siempre hay que llevar un segundo bañador, explica Fernández. Pero con el calor llega otra recomendación vital. "Hidratar por fuera y también por dentro".
Además de la protección solar con factor 50, la pediatra destaca la importancia de no subestimar los efectos del calor: “Hay que ofrecerle líquidos con regularidad, bien con agua o con suero que le pueda reponer líquidos y electrolitos y hay que evitar bebidas azucaradas porque empeoran la deshidratación".
La comida también es importante. "Si vamos a la playa y comemos allí, pues hay que evitar, por ejemplo, las comidas pesadas, los platos de cuchara que guardan mucho calor, los fritos y ultraprocesados que aportan muchas calorías y grasas y pueden provocar el malestar digestivo. Y atentos a las bebidas azucaradas que deshidratan más de lo que hidratan".
Un bebé toma un zumo
cómo reconocer la deshidratación
Los signos de deshidratación en niños pequeños pueden pasar desapercibidos. Por eso, Verónica insiste en observar señales como boca seca, ojos hundidos, somnolencia, menor frecuencia de pañales mojados o incluso una fontanela hundida en bebés.
Uno de los grandes temores del verano son los accidentes acuáticos. Según Fernández, “los niños se pueden ahogar en solo 20 o 30 segundos”, por lo que es imprescindible aplicar la norma 10-20: mirar al niño cada 10 segundos y estar a menos de 20 segundos de distancia para socorrerlo.
“No basta con que haya gente alrededor; el adulto responsable debe estar completamente atento. Un descuido puede tener consecuencias irreversibles”, subraya la pediatra que sabe que la atención es vital.
Verónica Fernández, en la consulta
Las picaduras de mosquito y medusa también aumentan. En cuanto a repelentes, Verónica recomienda no aplicarlos directamente sobre niños menores de dos años. “En menores de dos meses están totalmente contraindicados. A partir de esa edad, es mejor usar mosquiteras o citronela en el entorno, como en cochecitos o asientos, pero nunca sobre la piel del niño”.
Las urgencias en los niños son urgencias todo el año. No se puede descuidar la salud de los más pequeños por estar de vacaciones y hay una serie de indicadores que valoran si la dolencia requiere de esa visita al médico urgente o se puede esperar.
el semáforo de las urgencias
"La Asociación Española de Urgencias de Pediatría ha creado un sistema visual muy útil para ayudar a decidir si acudir o no a urgencias, basado en los colores del semáforo", advierte Verónica Fernández.
ROJO (acudir o llamar al 112 de inmediato): palidez extrema, no responde a estímulos, dificultad para respirar, atragantamiento, sangrado activo, fracturas abiertas.
AMARILLO (ir a urgencias, pero no vital de inmediato): fiebre en menores de 3 meses, fiebre alta persistente, vómitos continuos, dificultad respiratoria leve, heridas que requieren puntos.
VERDE (puede esperar cita con su pediatra en 24-48h): fiebre sin otros síntomas graves, dolor de oído, mocos sin ahogo, vómitos o diarrea sin signos de deshidratación.
La pediatra lo resume con contundencia: “Vigilar continuamente, hidratarlos bien, evitar riesgos innecesarios en el agua y conocer los signos de alarma. Eso es lo que realmente puede marcar la diferencia”. El objetivo es común para todos: que los más pequeños vivan un verano seguro, feliz y sin sustos sabiendo que profesionales como Verónica están ahí para velar por ellos.