El Jimbee Cartagena tiene un arma clave para el cuarto partido de la final de la Liga ante el Barcelona, pero no es secreta
El apoyo de los aficionados está siendo clave cuando escasean las fuerzas tras una larga temporada

Duda habla del ambiente creado con la afición
Murcia - Publicado el
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Cada duelo de este playoff está siendo en sí mismo una verdadera batalla. Tensión, esfuerzo físico, rivales complejos, y un desgaste de llevar meses compitiendo al máximo nivel y con la máxima exigencia.
Este jueves, a las 21:00 horas, el Palacio de los Deportes de Cartagena vivirá una noche que podría ser histórica. El Jimbee Cartagena está a solo un triunfo de conquistar la Liga Nacional de Fútbol Sala, y tendrá la oportunidad de hacerlo ante su afición, en el cuarto encuentro de una final vibrante ante el FC Barcelona.
Si los cartageneros logran imponerse, levantarán el que sería su segundo título consecutivo. Si gana el Barça, la serie se alargará hasta el quinto y definitivo partido. Pero en la cabeza del técnico Duda no hay espacio para cálculos: su única obsesión es rematar la faena este jueves y cerrar la eliminatoria cuanto antes.
Una serie de desgaste… y de héroes
Esta final está dejando más que goles y espectáculo. Está dejando también jugadores tocados, golpes, molestias físicas y una tensión emocional digna de una guerra deportiva. La temporada pesa. Y el cuerpo lo sabe. Pero también el corazón. Porque lo que están demostrando los jugadores del Jimbee, con el aliento incansable de una afición volcada, es pura épica.
A la guerra hay que llevar a los mejores y la afición cartagenera está demostrando que no se queda atrás. El ambiente que están generando para los pupilos de Duda es digno de alabar cada semana, porque están dándolo todo.
Nada más acabar el partido del martes, las entradas volaron. Se agotaron en tiempo récord las localidades generales y la promoción especial para amigos de abonados. Solo quedarán disponibles algunas entradas si los abonados no reclaman las suyas. El Palacio será una caldera. Un fortín. Como lo ha sido durante todo el playoff, donde el Jimbee aún no conoce la derrota en casa.

Los jugadores en la sesión de recuperación
No es exagerado decir que la afición del Jimbee está jugando esta final. Han llenado el Palacio en todos los encuentros pagando los abonados en todos los partidos. Han viajado. Han empujado. Han creído. Y lo siguen haciendo. Son, sin duda, tan héroes como los jugadores que están dejando cuerpo y alma sobre el parqué. La simbiosis entre grada y pista está siendo la gran arma del equipo.
Este jueves, Cartagena puede vivir una noche eterna. De alegría, de abrazos, de historia. El equipo de Duda quiere cerrar la final como invicto en casa, y eso solo puede significar una cosa: título de liga y una ciudad en ebullición.
El Jimbee está a una victoria de volver a hacer historia. A 40 minutos —o quizá algo más— de escribir con letras doradas el nombre de Cartagena en lo más alto del fútbol sala español. Si no lo logra, se ha ganado otra opción y la eliminatoria terminaría en tierras catalanas el siguiente lunes.
No cabe más emoción en una serie que está dejando un buen reclamo para captar seguidores al fútbol sala y para que quienes mandan consigan que se trate como un deporte profesional al uso estando a la altura de los seguidores y de los protagonistas en la pista.