Las modas afectan absolutamente a todos los órdenes de la vida y por supuesto un mundo en constante cambio es el de la belleza y los cuidados que dedicamos a nuestro cuerpo. Las tecnologías han dotado a la medicina de herramientas que nos ayudan a estar más saludables y también más bellos, incluso más jóvenes a pesar del paso del tiempo. Sin embargo, cuidarse y querer estar bellos no es algo de este mundo moderno. Todo lo contrario y ya en la antigua Roma podemos encontrar el origen de algunas de nuestras tácticas para sacarnos partido.

La belleza para los romanos era un parte fundamental en su sociedad y eso lo sabe a la perfección el doctor Félix Díaz Caparrós (especialista en medicina estética) que en estos días de fiestas de Carthagineses y Romanos nos ha hablado de la “Belleza Legendaria”

El doctor nos cuenta algunos de los datos más importantes de la estética que " representó una verdadera obsesión, cuanto más alto era el estatus de la persona, más cuidaba su apariencia. El ideal de "bellezaLclásica" que nos ha llegado hasta nuestros días, se constituyó en el pensamiento de que una mujer debía de tener unos rasgos suaves y delicados, piel clara, cuerpo protuberante pero armonioso y en el hombre rasgos marcados, piel también clara (pues el bronceado se relacionaba con el trabajo al sol o en el campo, típico de campesinos o por el contrario de legionarios y tropa). En definitiva, un símbolo de estatus era tener una estética delicada que mostrase que esa persona tenía una vida acomodada y no se dedicaba a labores manuales o de grandes trabajos".

Los cánones han cambiado, pero hay muchas costumbres que se mentienen en la actualidad. "La estética romana, destacaban por la higiene personal, utilizar maquillaje para ocultar las imperfecciones de la piel y palidecer en general sus tonos, baños hidratantes y depilación ….. El cuidado personal era un sinónimo de buen estatus, pues aunque los baños eran públicos, los demás tratamientos y el hecho de tener tiempo para disfrutarlos eran privilegio de unos pocos".

El concepto era casi de exclusividad. "Se consideraba un lujo el poder cuidarse y cumplir con los cánones de belleza de la época. Pues se concebía la belleza como el privilegio de quién ostenta un cargo y realmente hace pocas labores manuales o quién pasaba poco tiempo al sol. También artículos como los perfumes y ungüentos perfumados eran considerados exclusivos. Y la mayoría de hacían con ingredientes exóticos traídos de ciudades o países lejanos, un ejemplo es el maquillaje de la época hecho con conchas marinas trituradas".

Además, ahora que se habla de una nueva tendencia de los chicos a cuidarse nos encontramos que no es para nada nuevo. "No, tal y como es ahora los hombres siempre nos hemos preocupado por vernos bien, cada vez más y más hombres acuden a nuestra consulta para realizar tratamientos estéticos".