La crisis por el derrumbe en el vertedero de Zaldibar ha puesto al gobierno vasco contra las cuerdas. Más de una semana después del trágico suceso - con dos trabajadores aún desaparecidos - las críticas hacia la gestión que ha llevado a cabo el lehendakari Urkullu arrecian justo después de la convocatoria de elecciones para el 5 de abril. La desconfianza social es total después de que una toma de aire del día 9 de febrero multiplicaba por 50 los índices de dioxinas en las inmediaciones de un colegio. El miedo se ha instalado entre los 50.000 vecinos de Ermua, Eibar y Zaldibar y los ertzainas implicados en el rescate de Zaldibar exigen control médico. Enfrente se sitúa un gobierno vasco que tardó en lanzar la alerta medioambiental, rechazó la ayuda de la UME y ahora lanza mensajes que han provocado una gran inquietud. 

Lo que al principio parecía ser el desprendimiento de la ladera de un monte sobre la autopista A-8 entre Bilbao y San Sebastián no tardó en convertirse en una crisis medioambiental y social en todo el País Vasco. El vertedero industrial, donde se produjo el derrumbe, acumulaba escorias, papel, plásticos, cemento con amianto y, según parece, residuos peligrosos muy cerca de 50.000 vecinos. Verter Recyling, la empresa responsable del vertedero, admite a día de hoy que no conoce las causas que derivaron en el derrumbe del vertedero. El vertedero se inauguró en 2007 y contaba con una vida útil para 35 años, aunque después de 13 años ya desbordaba su capacidad.

Cuando en la tarde del 6 de febrero se produce el derrumbe, unos 60 bomberos, policías y trabajadores buscaron sin protección alguna a Joaquín y a Alberto, los dos trabajadores desaparecidos. Tuvieron que pasar ocho horas hasta que se lanzó la alerta del riesgo para salud y se suspendieron los trabajos. El Gobierno vasco rechazó en un primer momento la ayude de la UME sin una excusa concreta. 

A partir de entonces, el Gobierno vasco intentó lanzar un mensaje de tranquilidad. Durante ocho días se comunicó que tanto la calidad del aire como del agua era normal y Urkullu tardó cuatro días en visitar el lugar. El viernes pasado, sin embargo, un estudio alertaba de la presencia de dioxinas y furanos en niveles entre 40 y 50 veces más altos de los habituales. En esta situación, se ha pedido a los vecinos de los municipios cercanos no ventilar las casas, cerrar las ventanas y no hacer deporte ni exponerse por tiempo prolongado al aire de la zona. La Universidad del País Vasco desaconseja a las estudiantes que pudieran estar embarazadas asisitir a la Escuela de Ingeniería que el centro posee en Eibar y el partido Eibar - Real Sociedad de primera división fue suspendido por la contaminación del aire. 

La primeraa mesa de expertos, presidida por Urkullu, se constituyó el pasado día 13 de febrero. Es decir, una semana después del derrumbe. Este lunes, una comisión técnica informó a los vecinos de Ermua sobre la situación de Zaldibar. Pero el experto enviado no calmó a los vecinos, sino que los alarmó aún más al asegurar que las emanaciones que produce el vertedero son de un material similar al que se usó para envenenar a un político ucraniano.  “Ustedes conocerán el caso del envenenamiento del presidente de Ucrania hara unos 20 años, le destrozaron la cara intentando asesinarle. No hablamos de esos niveles”, dijo ante la estupefacción de unos vecinos hartos de tanta mentira.