Monseñor Segura, rumbo a Vietnam para entregar las reliquias de San Valentín de Berriotxoa
El obispo de Bilbao viaja acompañado del sacerdote Hoat Bui Van, que ejerció durante años en Santutxu y ha contado su experiencia en COPE

El sacerdote Hoat Bui Van en COPE Euskadi
Euskadi - Publicado el - Actualizado
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El obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura, emprenderá en agosto un viaje a Vietnam para entregar allí las reliquias de San Valentín de Berriotxoa, mártir y misionero vasco que murió en el país asiático en el siglo XIX. Le acompañará en esta peregrinación el sacerdote Hoat Bui Van, de origen vietnamita pero muy vinculado a Euskadi tras años de labor pastoral en el barrio bilbaíno de Santutxu.
Es un regalo que llevarán con mucho cariño, un símbolo de unión entre dos pueblos que comparten la misma fe, como ha explicado el propio sacerdote en los micrófonos de COPE Euskadi.
Un lazo espiritual entre Euskadi y Vietnam
San Valentín de Berriotxoa, natural de Elorrio (Bizkaia), fue ejecutado en 1861 en Vietnam por predicar el cristianismo. Canonizado por Juan Pablo II en 1988, es uno de los grandes referentes de la Iglesia vasca y símbolo del vínculo entre las comunidades católicas de ambos territorios.
En esta visita oficial, Monseñor Segura hará entrega de las reliquias al obispo de Hai Phòng, diócesis vietnamita con la que se busca fortalecer los lazos espirituales e históricos.
Hoat Bui Van, de Santutxu a su país natal
El padre Hoat Bui Van, que acompañará al obispo, nació en Vietnam pero desarrolló buena parte de su vocación en Bizkaia. Durante años fue párroco en Santutxu, uno de los barrios más poblados de Bilbao, donde dejó huella entre los feligreses por su cercanía y humanidad.
Ha asegurado sentirse emocionado de volver a su país con una misión tan especial y cuenta que es algo que no olvidará nunca y se muestra muy agradecido de poder participar.
Una entrega con fuerte carga simbólica
El viaje representa mucho más que un acto litúrgico. Es también una forma de tender puentes entre culturas, entre pasados dolorosos y futuros de esperanza compartida. La entrega de estas reliquias supone una muestra de respeto a la Iglesia vietnamita y un reconocimiento al valor del testimonio de fe vivido hasta las últimas consecuencias.