Una pamplonesa pedalea 8.000 km de Canadá a Guatemala por una causa solidaria
Leticia Sánchez Marco viaja en una bicicleta de segunda mano para recaudar fondos para una ONG y reencontrarse con el país donde vivió durante un año y medio

Pamplona - Publicado el
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Hay viajes que transforman y otros que nacen de una transformación. El de la pamplonesa Leticia Sánchez Marco es uno de ellos. Esta joven aventurera se encuentra en pleno periplo por el continente americano, pedaleando los casi 8.000 kilómetros que separan Vancouver (Canadá) de Guatemala. Inició su ruta el pasado 8 de septiembre y, dos meses y medio y casi 3.000 kilómetros después, ha llegado a San Felipe, Baja California (México), con la vista puesta en alcanzar su meta el próximo mes de febrero.
Un viaje con propósito solidario
Más allá de la aventura personal, el viaje tiene un potente motor solidario. Durante el año y medio que vivió en Guatemala, Leticia colaboró con una ONG local dedicada a la seguridad alimentaria y la conservación ambiental. Ahora, aprovecha su hazaña para dar a conocer esta realidad y recaudar donaciones para la entidad. "Aprovechar ya que pedaleo 8.000 kilómetros, pues que sea con un propósito, ¿verdad? De recaudar dinero y de acercar estas realidades, a veces olvidadas", explica.
El objetivo es simbólico y ambicioso: recaudar un euro por cada kilómetro recorrido, hasta alcanzar los 8.000 euros. De momento, la iniciativa avanza a buen ritmo y ya ha conseguido recaudar más de 3.100 euros. Esta motivación es la que le da fuerzas en los momentos de debilidad, pensando en quienes recorren rutas similares por obligación y no por elección.
Cuando me flaquean las fuerzas, pienso que yo he elegido hacer esto, pero hay gente que no tiene elección y que hace un camino mucho más duro"
Compañeros de ruta y hospitalidad
Aunque comenzó la aventura en solitario, el camino le ha brindado compañeros. A los pocos días se unió a una pareja de suizos que viajan desde Alaska hasta Argentina y a una familia belga con una niña de 4 años que también se dirige al sur del continente. Juntos acampan y comparten tramos de una ruta en la que los mayores "peligros" han resultado ser los mapaches, que llegaron a robar la mochila con un dron a sus compañeros.

Leticia Sánchez Marco y sus compañeros de viaje.
La hospitalidad ha sido una constante. Duerme principalmente en campings y utiliza una aplicación llamada Warm Showers, una red de ciclistas que acogen a otros viajeros en sus casas de forma gratuita. Al llegar a México, un país que generaba cierta preocupación en su familia, la realidad borró de un plumazo los prejuicios. El primer día, un desconocido la invitó a unirse a una ruta nocturna con un grupo de 20 ciclistas locales.
Todo el viaje se puede seguir a través de su cuenta de Instagram @bicicleti_, donde a diario explica cómo marcha la aventura.
Si confías, solo te encuentras a buena gente"
Una aventurera reincidente
Esta no es la primera gran ruta de Leticia. Con 20 años, volvió de Holanda a Pamplona en bicicleta y más tarde enlazó Lisboa con Santiago de Compostela. Su espíritu aventurero se forjó incluso antes, a los 18 años, cuando decidió tomarse un año sabático antes de la universidad para viajar sola a Nepal durante cuatro meses. "Aquello me cambió la vida y me hizo querer solo más aventuras", confiesa.

Día en el que Leti Sánchez Marco alcanzó los 2.000 kilómetros recorridos.
Todo lo hace sobre una bicicleta de cicloturismo de los años 90 que compró de segunda mano por 200 euros, demostrando que la voluntad es más importante que el equipo. Cada día pedalea entre 60 y 90 kilómetros, aunque a veces se permite jornadas de descanso o más cortas. En sus alforjas, tres cosas son imprescindibles: unas chancletas para descansar, recambios para los pinchazos y música para hacer más amenas las largas rectas.
Con la mirada ya puesta en Guatemala, Leticia no descarta futuros desafíos. La ruta Panamericana, que une Alaska con Argentina, ya resuena en su cabeza. De momento, su próximo objetivo es completar la primera mitad de ese legendario camino y llegar a su destino a mediados de febrero, demostrando que los límites, a menudo, solo están en la mente.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



