Neus, hija de adicto al alcohol: "La primera vez que vi a un hombre adulto bebiendo agua me sorprendió, yo creía que no bebían agua"
Marcos y Neus son dos de las personas que cuentan su testimonio en la exposición de la UN 'Drogas: Cerebro y sociedad" que estará hasta el 28 de noviembre en el Museo de Ciencias

"Drogas. Cerebro y sociedad", exposición de la Universidad de Navarra en el Museo de Ciencias. Manuel Castells.
Pamplona - Publicado el
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El Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra inauguró el viernes una exposición sobre el cerebro: “Drogas. Cerebro y sociedad”. Se trata de una exposición que invita a descubrir la ciencia en las drogas y el cerebro, cómo actúan, qué efectos producen y de qué manera influyen en nuestra vida. Una exposición que se podrá visitar hasta el 28 de noviembre.
Elena Puerta, catedrática de la Universidad de Navarra y asesora de la exposición, ha pasado por los micrófonos de Cope y ha explicado cuáles son los objetivos de la exposición, que está enfocada más a jóvenes. “Llegar a entender cómo funciona el cerebro, cómo las drogas actúan en nuestro cerebro. El problema de las adicciones no es algo puramente del cerebro, sino que es un contexto mucho más completo. Tiene un impacto social también. Esa mirada amplia de abordar también el impacto personal, el impacto social”
La exposición es ambiciosa, pretende abrir la mirada a sus implicaciones sociales, históricas y medioambientales, explorando cómo el consumo y la producción de drogas han marcado culturas, economías y entornos naturales.
En la muestra es un recorrido interactivo e inclusivo que invita a reflexionar y comprender mejor un fenómeno complejo: desde la biología y la salud hasta la sociedad y el entorno.
Marcos y neus, dos tesimonios impactantes
La exposición incluye paneles realizados con lectura fácil, incorpora elementos visuales, materiales táctiles, audioguías y talleres adaptados. Y cuenta con relatos bastante impactantes pero con final feliz, como el de Marcos o Neus, que han pasado por los micrófonos de Cope Navarra.
Marcos relataba así en qué consistía su adicción. “El malestar está ahí. Se va por momentos, pero ese malestar. […] Al principio hacemos las cosas por estar bien, pero esta enfermedad es tan mala que te hace que no puedas soportar ese sufrimiento y tienes que consumir para no pasarlo mal”.
Marcos asegura que era un “adicto funcional”, que hacía vida más o menos normal. Denuncia con este testimonio que las adicciones muchas veces parecen invisibles al exterior. “Yo he sido un adicto totalmente funcional. He podido llevar, tanto a nivel laboral como a nivel familiar, el día a día. Pero evidentemente había una parte de ese día a día que era el que me hacía sufrir. El que me hizo un día levantar la mano y decir 'no puedo más'. Ya cuando no se puede soportar, tienes que levantar la mano y pedir ayuda”
Él pasó un infierno. Al principio, consumía para olvidar dos escollos emocionales que llegaron a los 25 años. Todo se convirtió en consumir para dejar de sufrir. Hasta que esa situación se fue de las manos definitivamente. Marco indica cómo afrontó esta situación. “Hay que crearte una persona nueva en base a tus valores, en base a tus creencias y pensamientos. Tienes que ser esa persona que realmente se merecen los que están a tu alrededor. Te tienes que mover por valores nuevos, por zonas de pensar nuevas y siempre pensando en que todo eso va en una dirección, la de salir de la adicción”.
Ha indicado también que el apoyo de su familia, de su mujer y sus dos hijos, ha sido fundamental en su recuperación. “Tienen dos opciones:puedo ayudar o no. Un familiar sufre antes, durante y después de la enfermedad. Ellos deciden y yo tuve la gran suerte de que mi mujer me diera esa oportunidad”.
Después de más de 20 años consumiendo cocaína, lleva cuatro años limpio, algo que celebra. Sin embargo, sigue teniendo mucho miedo a la recaída.
En la muestra también aparece Neus, cuyo padre era adicto al alcohol. Ella también llegó a coquetear con las drogas y ahora es psicóloga y trabaja con personas con adicciones para intentar ayudarlas.
Ella misma recuerda cómo fue su infancia. Una infancia distinta a la de todos sus compañeros y amigos. Recuerda cómo su madre le decía que ciertas cosas no le contara a su padre. “Recuerdo cómo mi madre escondía problemas o situaciones para que él no se alterará, para que él no se enfadara. La primera vez que vi a un hombre adulto bebiendo agua me sorprendió, porque yo creía que los hombres adultos no bebían agua”.
Sin duda, el conocer la enfermedad de su padre marcó su vida. “Cuando yo me entero de que soy hija de adicto, que el trastorno por uso de sustancias es una enfermedad genética y puedo tener una predisposición, yo dejo de jugar con las drogas. En ese momento, yo estoy convencida de que podría haber probado más cosas que no probé teniendo en cuenta de dónde vengo”.