El sorprendente motivo que llevó a un vecino de 80 años a acudir a un centro de día para mayores: "Yendo a por el periódico"
Patxi, protagonista de esta historia, ha contado su caso en COPE Rioja

Imagen de archivo de una persona mayor
Logroño - Publicado el
3 min lectura
Un dato que hemos conocido esta semana es que los hogares unipersonales son los más frecuentes en La Rioja, donde hay un total de 44.619, según la última Estadística Continua de Población (ECP) del Instituto Nacional de Estadística.
De los 19 millones de hogares que hay en España, el 29% están integrados por dos personas, los más numerosos desde inicios del siglo, aunque los últimos datos muestran un claro aumento de los unipersonales, que ya son el 28%. sumándose 1.006.299 hogares unipersonales nuevos desde 2014.
LA SOLEDAD NO DESEADA GOLPEA A LOS MÁS MAYORES
Y hay quien decide pasar sus días sin compañía: como dice el dicho, mejor solo que mal acompañado pensarán algunos, pero hay otros que, por edad, se van quedando sin nadie a quien acudir para realizar tareas tan simples como llegar a lo alto de un armario o limpiar algo que se te ha caído al suelo.
La soledad no deseada en personas mayores de 65 años se ha convertido en uno de los grandes retos sociales del siglo XXI. Fíjate en este dato. Actualmente, en La Rioja, tal y como apunta el último informe del Instituto Nacional de Estadística, el 21,8% de la población riojana, supera los 65 años, lo que denota un envejecimiento de la comunidad.

El sorprendente motivo que llevó a este octogenario a acudir a un centro de día para personas mayores: "Yendo a por el periódico"
Pues bien, hasta 17.000 personas que se encuentran por encima de esa franja de edad viven solas, muchas de ellas enfrentándose a una profunda sensación de aislamiento emocional y desconexión social. Por lo que más de una de cada tres personas que viven solas en la región son mayores de 65 años.
no hay un único motivo para quedarse solo
Los cambios en la estructura familiar, el envejecimiento progresivo de la población y la pérdida de vínculos afectivos, ya sea por fallecimiento de la pareja, distanciamiento con hijos o amigos, agravan esta problemática. Además, si existen limitaciones de movilidad o falta de recursos económicos dificultan aún más su participación activa en la vida social.
Vivir solo a partir de los 65 años puede convertirse en una experiencia complicada, sobre todo cuando no se trata de una elección, sino de una circunstancia impuesta por la vida. Uno de los principales problemas es la soledad no deseada, que no solo afecta al estado de ánimo, sino también a la salud física y cognitiva.
Otro aspecto preocupante es la sensación de inseguridad. Muchas personas mayores temen sufrir una caída, un mareo o una emergencia médica sin que haya nadie cerca para ayudar. Esta incertidumbre genera miedo a salir de casa o incluso a realizar tareas cotidianas, lo que puede llevar a un aislamiento mayor.
centros que ayudan a combatir la soledad
Existe también el riesgo de aislamiento social. Las redes de amistades tienden a reducirse con la edad, y si no hay un esfuerzo activo por mantenerlas, el mayor puede quedar relegado a una vida demasiado solitaria, lo que impacta negativamente en su bienestar general.
El Centro de Día Gonzalo de Berceo de Logroño atiende a 226 personas en esta situación. Es el más grande de España. La mitad de las plazas además, las financia el Gobierno de La Rioja, para que todo aquel que quiera acudir tenga la oportunidad de hacerlo.

Persona mayor española leyendo el periódico español
Uno de ellos es Patxi. Nos cuenta en COPE Rioja, que este lugar "te permite socializar, realizar tus hobbies favoritos, leer el periódico en compañía"... En resumen, a ser feliz. Tiene más de 80 años y su pasión es dibujar. No tiene "ninguna prisa por acabar el dibujo", porque sabe que al día siguiente volverá.
Tal y como nos cuenta, él no decidió acudir, sino que le llevaron. "Un poco por obligación" al principio, nos dice, pero fue lo mejor que pudieron hacer por él. Tuvo "una caída yendo a coger el periódico" y sus hijos pensaron que era lo mejor para él. Pasa alrededor de siete horas entre semana, y el sábado otras cuatro horas.