¿Seguirá León XIV brindando con vino de Rioja?: 2.000 botellas al año con sello papal

A las 18:08 de esta tarde, una fina columna de humo blanco comenzó a salir de la chimenea de la Capilla Sixtina. En cuestión de segundos, el mundo católico contenía la respiración, la ‘fumata’ blanca anunciaba la elección de un nuevo Papa. Minutos después, se conocía el nombre del elegido, el cardenal estadounidense Robert Prevost será el sucesor de Pedro bajo el nombre de León XIV.

Mientras las campanas de San Pedro repicaban y miles de fieles aclamaban desde la plaza, en Fuenmayor (La Rioja) también se brindaba. La bodega Heras Cordón, reconocida por su vino de calidad y carácter, lleva desde 2001 siendo proveedora oficial de la Santa Sede, una relación iniciada bajo el pontificado de Juan Pablo II y renovada con Benedicto XVI y Francisco.

La Concatedral de la Redonda en Logroño ha hecho sonar sus campanas con fuerza, como eco de la fumata blanca

Cada año, la bodega envía al Vaticano cerca de 2.000 botellas, cuidadosamente etiquetadas con el escudo de armas papal, el nombre del Sumo Pontífice y una inscripción en latín: "Misericordias domini in aeternum cantabo", un verso del Salmo 88 que significa “Cantaré eternamente las Misericordias del Señor”.

Aunque no es la única proveedora de vino de la Santa Sede, compartiendo presencia con prestigiosas bodegas italianas y francesas, Heras Cordón representa con orgullo a la viticultura riojana en el corazón del cristianismo. Incluso con la promoción de elaboración propia en Castel Gandolfo, la residencia veraniega de los pontífices, el microestado sigue confiando en aliados como la firma de Fuenmayor.

Ahora será el nuevo pontífice, León XIV, o su equipo de intendencia, quienes decidan si renovar este vínculo especial. De momento, el legado queda en pie. Francisco, era amante moderado pero constante del vino.

Desde La Rioja al Vaticano, el vino sigue siendo también un símbolo de fe, tradición y cultura compartida.