Ángel De Pedro pone en marcha "El Legado", un calado de catas en la localidad riojana de Cenicero
Este viticultor con espíritu emprendedor pone en marcha este proyecto sin miedo a la pandemia del COVID-19 y a la crisis económica que ha traído consigo

El Legado de Cenicero
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La pandemia del COVID-19 y la crisis económica que ha traído consigo no ha conseguido acabar con el espíritu emprendedor de personas como Angel De Pedro Ruiz. El pasado 1 de abril, ha inaugurado, en Cenicero, “El Legado”, un espacio de catas de vino que pone en valor uno de los mayores tesoros con los que cuenta la ciudad vinatera: los calados subterráneos donde antaño se guardaba el vino.
Con la construcción de las grandes bodegas, alguna de ellas centenarias, la utilidad de estos lugares cambió, utilizándose como de lugar de reunión de los jóvenes, se convirtieron en chamizos de fiestas dónde se preparaba el Zurracapote, bebida a base de vino, melocotón, limón y canela.
En el siglo XXI, consciente del patrimonio que Cenicero atesora bajo tierra, Ángel decididó rehabilitar dos calados. Uno era propiedad de su familia y había otro contiguo que terminó comprando para ampliar el espacio. Están comunicados, pero son independientes y uno de ellos contiene una magnífica cuba de las pocas que aún se conservan en La Rioja
Angel reconoce que es "el sueño de un viticultor hecho realidad" y no se considera "un valiente", sino un enamorado de estos calados. Generación tras generación, desde el siglo XV, los construyeron para guardar el vino que con tanto esfuerzo y pasión elaboraban para el sustento de sus familias y que es el origen de la actual Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja.

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"El Legado" es una bodega tradicional rehabilitada en 2020 y su espacio cuenta con los tres elementos que eran indispensables para la elaboración del vino: dos magníficos lagos de piedra de sillería, uno de ellos de 1.500 cántaras, una prensa de hierro fundido construida entre 1851 y 1875, dos calados uno de ellos con una gran cuba de 500 cántaras y otro con un imponente techo construido con sillares de piedra y un espacio abierto dedicado a sala de catas y usos múltiples.
Desde el pasado 1 de abril, ofrece visitas guiadas con catas de vino maridadas, así como visitas a las viñas con almuerzo o merienda. También se puede reservar para eventos privados. Por cierto, Cenicero cuenta en el subsuelo de su casco urbano con 285 calados.
Todo tipo de información y reservas en la página web www.legadoancestral.com



