Varios policías que intervinieron en los disturbios del 31 de octubre de 2020 en Logroño por las restricciones de la covid-19 en la hostelería han confirmado la presencia del principal acusado en varios puntos de los altercados, donde se dedicó a coordinar un grupo y "dar instrucciones" como líder.

La Audiencia Provincial de Logroño ha celebrado este miércoles la tercera jornada del juicio contra ocho jóvenes, a quienes el fiscal pide entre 5 y 15 años y medio de prisión como presuntos autores de los delitos de desórdenes públicos, atentado a agentes, daños y robo con fuerza; mientras que las defensas solicitan su libre absolución.

En esta sesión han declarado una quincena de agentes de la Policía Nacional que participaron en el dispositivo desplegado frente a la sede de la Delegación de Gobierno, donde se había convocado a través de las redes sociales una concentración no comunicada para protestar por las restricciones en la hostelería debido a la pandemia.

Dos policías que trabajaron de paisano han declarado que, justo cuando se desarrollaban los disturbios en el centro del Espolón, se encontraban un poco alejados en la calle Miguel Villanueva y pasó junto a ellos el principal acusado junto a otro chico, a quien le dijo en voz alta "esto está lleno de secretas" y después se paró a mirarles metros más adelante.

A este joven también le vieron en varios sitios en el tiempo que duraron los altercados, "según se iba moviendo la situación", donde actuó como "líder" y se dedicó "a dar instrucciones", según interpretaron los agentes por su actitud y los gestos que hacía con las manos, ya que, han asegurado, que tras hablar con un grupo, el siguiente paso fue el saqueo de la tienda de ropa.

En el juicio ha declarado un agente que realizó una intervención con este acusado el 13 de septiembre de 2020, mes y medio antes de los disturbios, cuando una patrulla le pidió identificarse por encontrarse sin mascarilla de madrugada y "en actitud sospechosa" con un grupo de jóvenes.

Entonces, se apoyó en el vehículo policial y dijo a sus amigos "dentro de dos meses voy a cambiar las cosas, estos se van a enterar", ha relatado un policía, por lo que al llegar a la comisaría redactó un informe porque entonces había alerta 4 por terrorismo y asoció esta amenaza a un posible atentado yihadista, lo que ha motivado las protestas y gesticulaciones del acusado.

Ha explicado que este joven es georgiano y estuvo desaparecido un tiempo de España, por lo que consideraron que podría haber estado entrenándose para hacer la yihad, ya que en esa época se habían producido atentados en Europa.

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Otros de los agentes han detallado las heridas que sufrieron tras ser golpeados con piedras, aparato pirotécnico y otros objetos durante los primeros minutos de los altercados, en los que también se lanzaron piedras contra los furgones policiales. Por otro lado, han identificado a la única mujer acusada como camarera y participante en otras concentraciones convocadas a favor de la hostelería, entre ellas, una protesta frente a la sede del Parlamento de La Rioja, en la que "ejerció funciones de líder"