La isla de España que fue propiedad de Inglaterra casi un siglo: dejaron un idioma propio que solo se habla ahí que no es el inglés

Esta isla es muy conocida en España y la influencia de los ingleses en la misma es innegable: dejaron su marca en tres periodos distintos

La isla de Menorca

La isla de Menorca

Luis Calabor

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La historia de España está marcada por múltiples influencias extranjeras, desde los romanos hasta los árabes. Pero hay un capítulo menos conocido que tiene como protagonista a Inglaterra. Durante casi un siglo, una parte del territorio español estuvo bajo dominio británico, y su huella sigue viva hoy en día. Hablamos de Menorca, una de las islas Baleares que, más allá de su belleza mediterránea, guarda una historia fascinante con toques británicos… y hasta un idioma único.

Aunque hoy en día Menorca pertenece plenamente a España, su historia tiene un capítulo muy particular. A lo largo del siglo XVIII, la isla estuvo bajo dominio británico durante más de 70 años. Fueron tres etapas distintas entre 1708 y 1802, con breves interrupciones francesas y españolas.

Vista del puerto de Mahón, en Menorca, y de su puerto

Vista del puerto de Mahón, en Menorca, y de su puerto

 ¿Cómo terminó Menorca en manos inglesas?

Los británicos llegaron a la isla en plena Guerra de Sucesión Española y formalizaron su control con el Tratado de Utrecht en 1713. Desde entonces, vieron en Menorca una joya estratégica del Mediterráneo y decidieron quedarse. No fue hasta 1802, con el Tratado de Amiens, cuando la isla volvió definitivamente a manos españolas.

Durante ese largo periodo, los británicos no solo se limitaron a ocupar el territorio: dejaron huella. Transformaron el puerto de Mahón en una base naval fundamental, construyeron fortificaciones como el Castillo de San Felipe y cambiaron la arquitectura local con elementos del estilo georgiano, muy típico del Reino Unido.

El Tratado de Utrecht tuvo mucho que ver

MARCOS MORENO

El Tratado de Utrecht tuvo mucho que ver

También influyeron en la vida cotidiana de los menorquines: desde su forma de vestir hasta su forma de hablar. De hecho, una de las consecuencias más curiosas de esta ocupación fue la aparición de un idioma propio que solo se habla allí.

el "menorquín", un idioma con sello británico

Aunque en Menorca se habla catalán y español, existe una variedad local del catalán menorquín que incluye muchas palabras que vienen directamente del inglés. Es un fenómeno lingüístico único en toda España, resultado directo de esos años bajo dominio británico.

Algunos ejemplos de estas palabras son:

  • Boínder: viene del inglés bow window, y se refiere a esas ventanas salientes con cristales que aún pueden verse en muchas casas antiguas.  
  • Ull blec: literalmente “ojo negro”, viene de black eye, pero usando la palabra en catalán 'ull', y se usa para hablar de un ojo morado.  
  • Tornescrú o escrú: derivado de screw, significa destornillador.  

Estas palabras, aunque no se enseñan en los libros, se siguen utilizando en el día a día de muchos menorquines, especialmente entre personas mayores o en zonas rurales.

Hay influencia de los ingleses en toda la isla

Arquitectura, gastronomía y más: la Menorca "inglesa" 

Además del lenguaje, la gastronomía y la arquitectura menorquinas también conservan rasgos de la época británica. Por ejemplo, algunos platos típicos incluyen ingredientes o recetas que llegaron con los ingleses. Y en muchas casas antiguas aún se pueden ver tejados inclinados, chimeneas de estilo inglés o detalles en madera que recuerdan al diseño georgiano.

Incluso hoy, más de 2.000 británicos residen de forma permanente en la isla, y el turismo inglés sigue siendo uno de los más importantes para Menorca. Es como si esa antigua conexión no se hubiera roto del todo.

El menorquín incluye una mezcla de español, catalán e inglés

Lo sorprendente de todo esto es que, a pesar de haber pasado más de 200 años desde que terminó el dominio británico, la influencia inglesa sigue muy presente en la isla. No solo en su patrimonio histórico o en el idioma, sino también en la mentalidad abierta y cosmopolita de sus habitantes.

Así que la próxima vez que escuches a un menorquín decir boínder o escrú, recuerda que no es inglés… pero tampoco es solo catalán. Es menorquín, una lengua y una cultura que son el reflejo de casi un siglo de historia compartida con Inglaterra. Y eso, sin duda, convierte a Menorca en una isla diferente.

Herrera en COPE

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