¿Qué pasa si se mezcla una abeja autóctona con una foránea?
La Federación IBERIENSIS inicia los trámites para que la abeja negra ibérica sea reconocida por parte del Ministerio de Agricultura como raza ganadera autóctona

Abejas en un panal
Mallorca - Publicado el
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Hoy es 20 de mayo, es el Día de las Abejas, pero ¿qué sabemos de la nuestra? Es la abeja negra ibérica, su nombre científico Apis mellifera iberiensis. Está adaptada a nuestro entorno, floración y clima, pero los últimos años se han introducido otras razas como la buckfast, la cárnica o la abeja italiana, porque tienen fama de ser más mansas o productivas, y su manejo para los apicultores es, en principio, más sencillo, pero no tienen esa capacidad de adaptarse, por ejemplo, a nuestras altas temperaturas de verano y tienen una alta mortandad. Además, estas abejas foráneas se están mezclando con la nuestra, provocando una hibridación genética que les hace perder sus cualidades, por eso piden que se incluya en el catálogo de razas ganaderas españolas.
Esta petición viene de la Federación IBERIENSIS (Federación de Asociaciones de Criadores de Abeja Negra Ibérica Apis mellifera iberiensis). Esta Federación ha iniciado los trámites necesarios para que la abeja negra ibérica sea reconocida por parte del Ministerio de Agricultura como raza ganadera. Pablo Espejo, portavoz de la asociación Dotze Reines, explica que “de ello depende la conservación de nuestro patrimonio genético y el futuro del sector apícola”.
La raza abeja negra ibérica es con la que el sector apícola ha venido trabajando desde tiempos inmemoriales y al ser la única abeja nativa de la península ibérica es resiliente, plástica, prolífica y productiva.
Desde la Federación, denuncian que en los últimos años se han estado introduciendo razas foráneas de abejas que amenazan con la pérdida de diversidad y de patrimonio genético de la abeja nativa. Espejo recalca el caso de Francia, donde “casi han perdido su abeja local y su recuperación se hace casi imposible y muy costosa”.
Pero hay más. Porque estas abejas introducidas, pensando inicialmente que son más mansas, se tornan más agresivas a partir de la segunda generación por la mezcla con la abeja negra. Su identificación es sencilla, ya que las abejas pasan de su característico negro a tener su rayado cuerpo con franjas amarillas.
Otro ejemplo es Portugal, donde su gobierno ha protegido su patrimonio genético declarando recientemente su abeja negra (Apis mellifera iberiensis) como raza ganadera. La misma que la española.
Por ello, consideran “absolutamente necesario la inclusión de nuestra abeja negra ibérica en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España para poder desarrollar programas de cría estandarizados que nos ayuden a afianzar sus características productivas”.