Las noches de fútbol que nos devuelven al origen

Reflexiones tras la noche en la que Constancia y Girona jugaron un emocionante partido copero sin VAR que devolvía a Inca a los grandes días de fútbol

Imagen del meta del Contancia Pau Seguí

DCantero/ CE Constancia

Imagen del meta del Contancia Pau Seguí

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Lo auténtico nos acerca un poco más al origen, a cómo empezaron, a la esenciad de las cosas, sólo así somos capaces de darle algún sentido. Un campo de fútbol con más gradas que asientos, la cercanía al terreno de juego, el bar con los bocatas, el tren desfilando por la banda como si fuera un linier, un equipo de trabajadores midiendo sus fuerzas con jugadores de Primera División y finalmente un partido sin más interrupciones que las que un golpe o un choque.

El fútbol siempre fue esto y si pensamos que va a perdurar en un futuro lejano es si es capaz de parecerse a lo que siempre fue, más allá de la burbuja tecnológica, el ruido insoportable de la anécdota y la confusión reglamentaria. Será casualidad, pero en un partido sin asistencia tecnológica no hubo barullo. Podría haber habido una o diez jugadas polémicas y hubiera decidido el árbitro con la ayuda de sus asistentes lo que hubiera visto, nada más.

Algunos dirán que sin VAR el fútbol es más injusto, pero resulta que el vídeo arbitraje ha llegado hace un rato y el fútbol llevaba siendo lo que es desde hace más de un siglo. Anoche no hubo interrupciones, no hubo revisiones, no hubo más discusiones que las que inevitablemente tienen dos contendientes o un jugador con el árbitro por una decisión, fútbol auténtico en definitiva. Y algunos dirán que el fútbol moderno exige otra cosa, porque confunden lo moderno con lo mejor. Es decir, la esencia de las cosas no tiene nada que ver con moderno o viejo, no es fútbol añejo, es fútbol auténtico, sin la perversión de esa supuesta búsqueda de la justicia. 

¿Prefieren tener un fútbol con más "acierto" (luego hay que discutir ese acierto que dicen que ha habido) pero sin alma? Si en la búsqueda de la mejora pierdes la esencia, no merece la pena. Si vas a ver revisiones interminables, si lo que vas a aplaudir es a un realizador televisivo o una decisión del árbitro que te favorece, estamos hablando de otra cosa. Nunca pensé que la gente se aficionara al fútbol para no saber qué ha pasado en un partido o ver repeticiones televisivas. 

 Si evolucionar significa perder el alma, mejor no evolucionar, al menos en un juego tan esencial que cualquier persona podía entender antaño, transversal socialmente, vertical en edad, de arriba a abajo o de abajo a arriba, lo entienden y se divierten por igual pequeños y mayores, padres o madres. Eso era lo que se veía anoche en el Nou Camp de Inca en el Constancia-Girona (2-3).

El fútbol sin más, sin la maldita amenaza de la interrupción inevitable, de esa pregunta de en qué momento van a llamar al árbitro y a parar el partido, para que pueda vea algo que no ha visto o que no ha visto como le parece a alguien sentado frente a un monitor que es.  A veces se suele confundir modernidad con deterioro, quién quiere algo moderno si no tiene alma. Algunos prefieren que les atienda una máquina en el aeropuerto, o al teléfono, o en la recepción del hotel o en el mismo supermercado, es su elección pero no necesariamente la deseable o la que quizá prefiera el resto, muchos aún prefieren tratar con una persona. 

Fútbol sin interrupciones.-

Pasaron 90 minutos y luego otros 30; y así hubiéramos ido a los penaltis de no haber llegado los goles de Tsygankov y de Vanat en la prórroga. Antes habían marcado Stuani y Socías en los 90 minutos. Aún marcaría Pau García otro gol antes del final de la prórroga (2-3). 

Y así acababa una noche fantástica de Copa del Rey en Inca, del fútbol como lo recordaban muchos y como los más pequeños debieran aprender que es. Ganar hubiera sido algo para recordar para Inca pero pasar esa noche es algo que también recordarán.

 Un buen árbitro, Alberola Rojas, dirigió sin interferencias y como hay que dirigir un partido, no cayendo en alguna que otra trampilla de algún jugador, amonestando alguna entrada y alguna salida de tono, sin más, pero si dos equipos quieren jugar y no hay tanta posibilidad de engaño con imágenes, vuelve a ser protagonista el futbolista, el balón y su gente. La gente que no quiere ni puede perder su deporte. 

Temas relacionados

Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Lunes a viernes de 06:00h a 13:00h

Programas

Último boletín

04:00 H | 29 OCT 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking