opinión

La efímera etapa de Albert Salas al frente de IB3 para regresar al RCD Mallorca

El periodista negocia su vuelta al club tras poco más de un año como director general del ente autonómico.  

Albert Salas en Deportes Cope Baleares

Deportes Cope Baleares

Albert Salas en Deportes Cope Baleares

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el

5 min lectura

Lo llaman "burnout" porque así luce más, parece que emplear un término importado de aquella cultura hegemónica en nuestro área de influencia te hace más relevante o internacional. El español seguro que tiene infinidad de expresiones que están en la mente de todos para explicar que alguien se ha "quemado" en su trabajo.

Luego llega la moda psicoterapéutica de turno e importa directamente el término tal cual, sin traducirlo, porque en Estados Unidos se emplea frecuentemente y así eres más internacional o estás más al cabo de la calle.

En psicología, el "síndrome de Burnout" es "una alteración psicológica ligada al contexto del trabajo y que puede constituir un trastorno debido a sus efectos dañinos en la calidad de vida". 

Desconozco si el hasta ahora director de la radiotelevisión autonómica balear, IB3, Albert Salas, se encuentra en ese punto o directamente ha decidido dar un giro a su recientemente iniciada nueva etapa al frente del ente autonómico. 

Había iniciado una etapa intensa y provechosa en el RCD Mallorca, contribuyendo al crecimiento audiovisual, su expansión en redes sociales y mejora reputacional desde que el club bajó a la quema de la Segunda B. El momento clave de la historia reciente del Mallorca, bajar al infierno para llegar al cielo, volver a Primera y hasta a una nueva final de Copa del Rey como ocurrió la pasada temporada. 

Salas salió de su zona de confort en el Mallorca para buscar nuevos retos y aceptó volver a IB3, donde había trabajado antes de su llegada al Mallorca, pero en esta ocasión para ponerse al frente de la nave. No es poca cosa porque más allá de la envergadura de una televisión autonómica u otra (Baleares es una comunidad pequeña), es una silla caliente, casi una silla eléctrica, sometida a alta tensión política. 

Siempre ha sido así y siempre lo será, porque una televisión pública es ese balón con el que quiere jugar todo el mundo. Los que lo tienen en su poder y los que no lo tienen. Las tensiones políticas pueden ser insoportables. En ese puesto imagino que cada día equvale a tres, es decir, que el cúmulo de tensiones, problemas, burocracia o vaya usted a saber de cada jornada, equivale a tres días de otro trabajo menos tensionado. Quizá si lee este texto un controlador aéreo, un cirujano, un policía etc etc  se parte de risa. Cada profesión tiene lo suyo, pero es cierto que los puestos de responsabilidad mirados con lupa están sometidos a una tensión poco saludable. Hay que estar hecho de otra pasta.

No se crean que en los clubes de fútbol las cosas son más tranquilas. En el fútbol cada año para por tres. Sobre todo cuando hay desorden, cuando estás sometido al escrutinio de mucha gente, lo dicho, hay que estar hecho de otra pasta. Puede ser muy enriquecedor porque todo es exagerado, la victoria, pero también la derrota. También los efectos de la crítica. Pero cada uno de nosotros se siente más a gusto en un lugar que en otro, es lógico, la clave es encontrar aquello que podamos llevar a cabo sin un sobreesfuerzo, de manera natural.

Desconozco las razones que han llevado a Salas a renunciar al cargo de director general de IB3 y regresar al RCD Mallorca, sólo ha estado 14 meses. 

El periodista ha decidido regresar al RCD Mallorca, para lo que tendrá que entenderse con el club sobre en qué función, ya que su cargo está ocupado por otro compañero, Héctor Martín. En todo caso, el RCD Mallorca tiene ya la suficiente envergadura como para aprovechar la creatividad de Salas en seguir potenciando los medios propios de la entidad, esto ya será cuestión del club.

Clubes multimedia.-

 Últimamente los clubes de fútbol se dice que están más preocupados por la mercadotecnica que por el fútbol. No significa que sea así en todos los casos pero es verdad que los clubes muchas veces viven de venderse bien. También en ocasiones de espaldas a su entorno, a su gente, a los medios tradicionales que son los que deben informar sin condicionantes, sin ser corporativos, quienes animan el seguimiento del fútbol. Cada vez los clubes potencian más sus medios propios, es normal que quieran tener mucha audiencia lo que significa más patrocinadores, etc.

Se suele decir que los clubes profesionales ya no necesitan a los medios de comunicación tradicionales para llegar a los aficionados, quizá sí, quizá no. Lo que pasa es que los clubes tienen su audiencia y los medios la suya, los influenciadores la suya, los creadores de contenido la suya... Aquí todo el mundo parece experto en comunicar hoy en día. 

Los clubes parecen no necesitar a los medios salvo cuando la cosa se tuerce de verdad, porque entonces dicen que hay que remar todos juntos y esas cosas.

 Pero los periodistas no se deben a un equipo por mucho que lo quieran, o no deberían. Sus únicos colores deben ser los de la verdad, de la credibilidad, su audiencia y la empresa que le paga. Esos son sus colores.

Volviendo al producto de los clubes. Hay a quien le molesta que los clubes tengan sus medios propios, sin embargo todo es complementario, no excluyente. En este sentido, el trabajo de algunos clubes generando sus contenidos es muy bueno, el Mallorca por ejemplo lo hace bien, y si regresa Salas es posible que sea para seguir abonando ese terreno, pero esa ya es cuestión del RCD Mallorca

Lo cierto es que el caso del periodista es llamativo porque quizá, dicho desde el desconocimiento, suponga un claro ejemplo de lo importante que puede ser probar cosas y crecer profesionalmente, pero aún más estar donde estés más a gusto. 

Herrera en COPE

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