A Illa de Arousa empieza a multar a los conductores que no tengan permiso para circular por 45 calles del centro urbano
Tras varias meses de prueba, este domingo entró en funcionamiento el sistema de cámaras y lectura de matrículas con sanciones de hasta 200 euros para los infractores

Pontevedra - Publicado el - Actualizado
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El Concello de A Illa de Arousa (Pontevedra) ha comenzado a aplicar un ambicioso plan de regulación del tráfico que afecta a 45 calles del centro urbano, con el objetivo de reducir la masificación turística, preservar el entorno y facilitar la convivencia vecinal. La zona restringida comprende 200.000 metros cuadrados y ha suscitado división de opiniones en el municipio.
¿A quién afecta esta limitación?
Los vecinos empadronados podrán circular libremente, sin necesidad de trámites, ya que cuentan con autorización automática. Para los propietarios de segundas residencias, será obligatorio acreditar la titularidad de la vivienda ante el Concello. En el caso de los turistas, los alojamientos tendrán que registrar la matrícula de sus clientes, mientras que quienes visiten la isla por el día deberán ceñirse a rutas concretas y zonas de aparcamiento habilitadas.
Los comerciantes y hosteleros podrán tramitar autorizaciones para clientes, aunque algunos representantes del sector han expresado su malestar por la gestión administrativa y el posible impacto económico.
Medidas de control, transporte y excepciones
El Concello ha instalado lectores de matrículas en puntos estratégicos para hacer cumplir la normativa. Las sanciones por infringirla pueden llegar a los 200 euros (100 euros por pronto pago). Cada vivienda podrá solicitar cinco autorizaciones mensuales para visitas y habrá excepciones para mudanzas, obras o eventos.
Además, desde el 1 de julio se pondrá en marcha un servicio especial de autobús turístico que conectará playas y lugares de interés, complementado con un nuevo aparcamiento de 300 plazas.
División de opiniones entre vecinos y sectores afectados
El alcalde, Luis Arosa, defiende la medida como un paso necesario para preservar la calidad de vida y el entorno natural de A Illa, pero parte de la oposición y algunos sectores económicos han pedido más consenso y han criticado la complejidad del sistema de autorizaciones.
Por ejemplo el Partido Popular de A Illa de Arousa en sus redes sociales calificó la medida como desafortunada y un "día triste" para el municipio. Asimismo, Almudena que tiene el bar O Cortixo también critica en COPE la medida por ser desproporcionada y lesiva para los negocios del centro. Además lamenta la falta de información y unas señales que son confusas y podrían provocar numerosas multas por desconocimiento, especialmente entre los turistas que visitan la isla cada verano.