Los gallineros como seña de identidad de Galicia y su rural
Entrevistamos a Javier Borrageiros que tiene una granja avícola en Cambados que solo vende a particulares o pequeñas empresas

Pontevedra - Publicado el
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La tradición de criar pollos y gallinas en casas rurales de Galicia, fundamental en la cultura de autoconsumo y proximidad, enfrenta un grave reto por la burocracia excesiva, que disuade incluso a los mayores, mientras que las nuevas generaciones pierden interés ante la vida urbana.
Javier Borrageiros, propietario de la Granxa Avícola Borrageiros en Cambados, observa cómo esta práctica "morre cos vellos" y los nietos ya no continúan la tradición. La principal dificultad para mantener esta costumbre son las normativas administrativas, que exigen registrar gallineros, incluso para pocas aves, algo que Borrageiros califica de "tontería" que desalienta a muchos criadores. Ha perdido clientes que dejan de criar por estas trabas burocráticas, reflejando un descenso sostenido en el número de criadores y menor demanda en fábricas de pienso.
Sin embargo, la cría casera ofrece ventajas claras: mayor calidad y sabor en la carne y huevos, por una alimentación variada y libertad para los animales. La carne casera es más sabrosa y menos procesada que la industrial, y resulta ser más económica según expertos como Manuel Rey, quien anima a revitalizar esta práctica, ligada no solo a vivir en el rural, sino a vivir del rural. La pandemia mostró un resurgir del interés por la cría doméstica, reflejando un pequeño pero significativo retorno a las raíces y a la producción propia en las aldeas gallegas.

Entrevista con Manuel Rey sobre los gallineros
En resumen, Borrageiros cree que la cría tradicional en Galicia está amenazada por burocracia y cambios sociales, pero su valor cultural, económico y gastronómico sigue siendo fuerte, con un llamamiento a las nuevas generaciones para reavivar esta importante costumbre regional.
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