Fiscalía y acusación particular pedían siete años de prisión para Adrián y Desireé, los padres acusados de un delito de homicidio por imprudencia y otro de lesiones por la muerte de Bernardo, su bebé de tan sólo dos meses, y las lesiones graves ocasionadas a su hermano mellizo Ángel, hechos ocurridos en marzo de 2019.

Finalmente, tras la negociación entre las defensas, la fiscal y los abogados de la acusación que ejercieron la Xunta y la Fundación Amigos de Galicia, los acusados reconocieron los hechos y aceptaron la pena de dos años por el delito de lesiones y de un año por homicidio imprudente. Adrián lo hizo a través de videoconferencia desde la prisión en la que se encuentra.

El acuerdo al que se llegó hoy en el Juzgado de lo Penal de Ourense incluye, también, privación de la patria potestad para ambos progenitores y, en el caso del padre, la prohibición de acercarse a menos de 300 metros y de comunicarse con el pequeño Ángel durante 8 años.

A la madre no se le impuso el alejamiento porque está realizando visitas programadas a su hijo una vez al mes.

El abogado Francisco José Lago Calvo, que acudió en representación de la Fundación Amigos de Galicia, actuando como defensa del pequeño que sufrió las lesiones, se mostró satisfecho con el resultado de la negociación. “Hoy se ha hecho justicia, y los derechos del menor afectado quedan garantizados mediante la privación de la patria potestad de sus progenitores, para que el pequeño pueda desarrollar una vida normal”, señaló el letrado.

En concepto de responsabilidad civil se les condena a ambos padres, de forma solidaria, a indemnizar al niño con 6.000 euros por la muerte de su hermano Bernardo y con 5.400 euros por las lesiones que le ocasionaron.

El pequeño Ángel se encuentra con una familia de acogida bajo la tutela de la Xunta.