Daterra do País cultiva cebollas, patatas y grelos en la zona de Miño, en las Rías Altas gallegas. Hasta ahí todo normal, lo curioso de esta empresa agrícola es que ha crecido en superficie de cultivo gracias, sobretodo, a la crisis inmobiliaria de los últimos años.
"Se abandonaron muchas promociones inmobiliarias y nos hicimos con tierras que iban destinadas a urbanizaciones", explica a Cope Galicia Cristina Bañobre, la responsable de la empresa.
La falta de tierras para cultivar es un problema para los productores gallegos, que han visto como las últimas décadas las tierras de labranza perdieron terreno frente a la superficie forestal o incluso las zonas abandonadas a la maleza. Las administraciones intentan ponerle freno a ese proceso con instrumentos como el Banco de Tierras, que ofrece fincas cultivables a quienes las necesitan para crecer.
En Daterra recibieron recientemente un premio al desarrollo rural de Agader, que concede la Xunta, algo que los anima a seguir trabajando por productos de calidad que tienen buena salida en el mercado. "Desde que empezamos tuvimos la suerte de estar cerca de la cadena de supermercados Gadis, que nos han dado una oportunidad, como a muchos otros productores de esta comarca".