Estamos en pleno Arde Lucus: un viaje al pasado en las calles de Lugo
La fiesta Arde Lucus transforma Lugo en un escenario vibrante lleno de tambores, desfiles y representaciones que evocan su rica historia

Desfile de tropas romanas en plena rúa Nova de Lugo
Lugo - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Arde Lucus, declarado como fiesta de interés turístico internacional, atrae a ciudadanos de lugares tan lejanos como Asia y América. Aunque la mayoría de los eventos tienen lugar dentro de las murallas, los barrios extramuros también se suman a la celebración con entusiasmo.
Un Eco del Pasado en las Calles

Tarde intensa en la primera jornada de Arde Lucus
No se puede determinar con certeza si en la época de la fundación de Lucus Augusti se vivía la misma algarabía que hoy se experimenta durante Arde Lucus. Sin embargo, es evidente que Lugo, fundada en el siglo I, ha tenido momentos estelares en sus calles. Lucus Augusti destacó como un centro neurálgico en la administración del Imperio Romano, lo que se refleja en la construcción de su imponente muralla, la mejor conservada de la península ibérica.
Celebraciones que Trascienden el Tiempo

Teatrvum: La profetisa de Nova Escena Teatro
Estos días de gloria han evolucionado hacia celebraciones más lúdicas y mundanas. El éxito de Arde Lucus radica en la colaboración entre el Ayuntamiento y diversas asociaciones de recreación histórica que instalan sus campamentos en diferentes puntos de la ciudad. Además, los bares y locales de hostelería de los barrios también aportan su propia programación culinaria y decorativa, lo que hace que la festividad romana impregne toda la localidad.
El Clan de Sucellos y su Recorrido por San Antón

El Clan de Sucellos saca su humor a la calle
La sociedad gastronómica Clan de Sucellos, con sede en las "Casas Sindicales", llevó su cuádriga particular a las calles, recorriendo el barrio de San Antonio. Equipados con música, refrigerios y mucho humor, hicieron una parada en al menos nueve bares y locales del barrio.
La fiesta apenas comienza; quedan aún el sábado 14 y el domingo 15 de julio para disfrutar de esta auténtica máquina del tiempo que transforma la ciudad en una convivencia perfecta entre los aborígenes de la época, los celtas y los romanos.