Una hora de cola para entrar en la Ánxel Casal: una biblioteca con "tirón" también en época de pandemia
La biblioteca pública de Santiago ha recuperado buena parte de su actividad, con el límite de 50% de ocupación. Tuvo más de cien mil usuarios en 2020 y ningún contagio de covid

Los usuarios prefieren la Biblioteca Ánxel Casal por su luminosidad y su amplia oferta de actividades
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Unas 800 personas pasan cada día por la Biblioteca Ánxel Casal: antes de la pandemia eran alrededor de 1.300, pero la cifra es ya muy importante teniendo en cuenta que el límite de plazas está todavía reducido al 50% en estos momentos y en salas como la de estudio en la tercera planta, se ofertan incluso menos de la mitad para poder garantizar la distancia entre las personas. El resultado: si ya antes de que aparecise el coronavirus era difícil encontrar sitio (y más en época de exámenes) ahora, sobre todo en el turno de tarde, las colas en la entrada son casi "de concierto", nos dice alguna usuaria como Carla, que ha llegado a aguardar hasta una hora en la puerta para garantizarse un sitio.
NUEVAS RUTINAS EN TIEMPOS DE PANDEMIA
La biblioteca cierra ahora a mediodía, entre las dos y las cuatro de la tarde, para poder limpiar todos los puestos de lectura. Estudiantes de bachillerato, universitarios que no pertenecen a la USC y también personas que trabajan, son los que más rápido han retomado el hábito de acudir a la Ánxel Casal, favorita por su luminosidad y también sus actividades variadas.
David cursa Ciencias Ambientais en la UNED: cuenta que ya antes de la pandemia venía a diario a estudiar aquí, pero ahora es su único lugar de referencia dado que los protocolos covid han cerrado las bibliotecas de la universidad de Santiago únicamente para su alumnado. "Tiene los libros que necesito y además es muy cómoda", asegura. Viene menos ahora en época de exámenes, por las dificultades para encontrar espacio. Tamara trabaja por las tardes y prepara un máster por las mañanas, así que sufre menos la falta de espacio: lo que echa en falta son actividades en las que participaba antes de la pandemia, como el club de Cómic: "tiene bastante vida esta biblioteca y además se renueva mucho".

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Jesús Torres, el director de la Ánxel Casal, espera que después del verano se puedan retomar buena parte de las actividades que todavía siguen suspendidas, como clubes de lectura presenciales, visitas escolares o actividades para mayores. En todo momento han querido primar la seguridad de usuarios y trabajadores, y parece que han acertado: en 2020, con pandemia y todo, organizaron más de 200 actividades en las que participaron más de 4.000 personas; unas 100.000 pasaron por la Biblioteca y a pesar de todo, no se registró ningún caso positivo de covid.

El sistema de préstamo ya se ha restablecido con normalidad: los artículos que los usuarios llevan a casa ya no tienen que pasar 15 días de cuarentena, como sí ocurrió a la vuelta del confinamiento, lo que supuso un auténtico reto logístico para la Biblioteca. Hubo que organizar primero la recogida de unos 4.000 volúmenes que se habían quedado "confinados" en casa de los usuarios durante lo peor de la pandemia. Después, durante meses, el salón de actos se convirtió en almacén de cajas numeradas: "los que entraban el día uno no se podían prestar hasta el día quince... pero al lado estaba la caja del día dos, que se abría el 16, luego la del tres...hasta unas cincuenta". Torres reconoce que todo salió bien gracias al enorme esfuerzo de todo el equipo: más de veinte personas trabajan en esta Biblioteca.
El Auditorio se ha recuperado ya para las actividades que convierten a la Ánxel Casal en uno de los motores culturales de la ciudad. También, claro, siguen con aforo limitado, así que las invitaciones para los contacontos, por ejemplo, vuelan todavía más rápido que antes. Torres confiesa que le encantará volver a ver la sala "llena, con las fiestas infantiles con cientos de participantes". Seguro que no es el único