El Concello coruñés de A Pobra do Caramiñal sufre desde este pasado sábado el cuarto cierre total obligatorio de su hostelería decretado por las autoridades sanitarias. Al primero que se produjo en la primavera de 2020 provocado por el decreto de confinamiento general en toda España, le siguió otro decretado por la Xunta de Galicia para toda la Comunidad Autónoma a finales de enero, en plena 3ª ola de la pandemia, a los que se han sumado otros dos en esta primavera.

Pero, a diferencia de los anteriores, los dos últimos decretos de cierre ya sólo han sido de carácter municipal, afectando a los establecimientos de A Pobra por sendas situaciones de riesgo pandémico que han provocado, a su vez, el cierre perimetral del concello.

Dos cierres que se han producido de manera casi consecutiva, uno durante el pasado mes de abril que terminaba el día 30 tras prolongarse más de tres semanas y el que continúa aún en vigor desde este pasado sábado, 29 de mayo.

Lo que ha llevado al sector hostelero de esta turística localidad costera a orillas de la ría de Arousa a una situación de malestar y protesta que acaba de provocar la queja de su corporación municipal a través de una Declaración Institucional que firman los portavoces de todas las fuerzas políticas con representación en en pleno municipal: Nós Pobra, que ostenta la alcaldía con el apoyo del BNG, además de PSdG y PP.

Documento en el que, además de destacar la buena evolución de la pandemia en Galicia y del incremento del porcentaje de población vacunada, esgrimen la finalización del Estado de Alarma y los esfuerzos de los establecimientos hosteleros ara adecuarse a las diferentes normativas que han ido surgiendo en los últimos meses para rechazar el cierre total de estos negocios y exigir más celeridad y claridad en los criterios a la hora de adoptar cambios en los niveles de restricción que se aplican en los municipios gallegos.

Niveles que, además, se aplican en una situación epidemiológica de riesgo muy diferente a la que se registraba en los primeros meses del año lo que provocan, según este escrito, malestar y recelo en una población que no entiende esos cambios de nivel "aos que se somete aos concellos galegos".

NO AL CIERRE TOTAL DE LA HOSTELERÍA

De esta forma, la Declaración Institucional del Concello de A Pobra do Caramiñal solicita al Comité Clínico que asesora al SERGAS en materia sanitaria desde el inicio de la pandemia que se revisen las medidas de prevención que se establecen en los diferentes niveles de restricción que se aplican, sobre todo las referidas al cierre de negocios y empresas.

Así, piden que se suprima el cierre total de la hostelería en cualquiera de los niveles y se autorice siempre una parte de apertura tanto en el interior como en terraza.

También solicitan que los cambios de nivel de restricción se apliquen teniendo en cuenta sólo los parámetros de incidencia acumulada (IA) a 7 y 14 días, con los límites ya conocidos y aplicados hasta ahora y que, en caso de no ajustarse a esa IA, se dé a conocer cualquier otro criterio utilizado en la toma de esa decisión.

Y, por último, se pide que se apliquen los niveles de restricción de manera más inmediata posible ya que, según esta misma declaración, se está produciendo un retraso "nada recomendable" entre el momento en el que se decide el cambio de nivel y el momento a partir del cual se aplican esas nuevas restricciones, que puede ser de hasta tres días, dándose la paradoja de que un ayuntamiento suba de nivel cuando ya está en tendencia decreciente en la evolución de los casos, como ha ocurrido en A Pobra do Caramiñal en este último cierre en el que la IA no ha llegado a superar los 500 casos por 100.000 habitantes, aunque ha rozado esa cifra.