El juicio que estaba previsto celebrar en la mañana de este lunes en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ferrol, contra Alfredo Sánchez Chacón, conocido popularmente como el ‘Rambo gallego’, ha quedado aplazado hasta el próximo 31 de octubre a consecuencia de la incomparecencia de su abogado del turno de oficio, Jorge Lema, en una causa en la que Sánchez Chacón será juzgado por el robo de comida en una zona rural del municipio de Valdoviño (A Coruña), en donde fue retenido por varios vecinos hasta que fue detenido por agentes de la Guardia Civil.

Según ha detallado Jorge Lema a Europa Press, su ausencia se ha debido a que está secundado una convocatoria de los abogados por el turno de oficio, asegurando que “a este cliente lo fui a visitar a la cárcel, antes del primer juicio, en noviembre de 2023, que fue suspendido por la falta de un testigo clave, un agente de la Guardia Civil”.

Lema ha detallado que “a nosotros nos pagan, que todavía no lo he cobrado, 30 euros por ir de Ferrol a Teixeiro, Curtis (A Coruña), en total 150 kilómetros, en donde tenemos que pagar autopista y gasolina, además de perder toda la mañana”, por lo que ha justificado su participación en dicha protesta.

El abogado ferrolano ha detallado ante su ausencia en la vista y la nueva fecha establecida, “para dentro de cinco meses y medio, ya casi hará tres años desde la detención”, que fue en febrero de 2022, lo que posibilitaría que alegara unas dilaciones indebidas, una situación que ha calificado de “cuando menos muy paradójica” de la situación de la justicia.

CRÍTICAS A LA CÁRCEL

A pesar de no celebrarse el juicio, Sánchez Chacón no ha perdido la oportunidad de pedir al juez que lo trasladen de cárcel, al asegurar que lo tratan “muy mal” en este centro penitenciario.

Además, también ha asegurado que continúa en la cárcel solo por “robar comida, nada más” y que el hombre que lo retuvo antes de ser detenido por la Guardia Civil lo agredió físicamente.

Hasta la sede judicial de Ferrol, en la calle Coruña, se desplazaron este lunes los seis testigos de la parroquia de Loira, en Valdoviño, que deberán de regresar el próximo 31 de octubre, además de los dos agentes de la Benemérita.