La Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) es la formación orquestal más prestigiosa de la comunidad. Con sede en el Palacio de la Ópera de A Coruña, cada temporada dedican parte de su actividad a conciertos didácticos para alumnado de centros de la ciudad y la comarca.

Esta semana, decenas de buses con estudiantes de Secundaria se han acercado al auditorio coruñés para ver a la formación, pero en uno de los conciertos saltó la sorpresa: al Coro Joven de la OSG le robaron las pertenencias mientras estaban en pleno concierto.

Sucedió este miércoles entre las dos sesiones matinales, entre las 10 y las 12:30. Alguien accedió a los vestuarios femeninos y se hizo con todo lo que pudo. A las chicas “les faltaban carteras, móviles...”, cuenta Marcelo González, violinista y presidente del comité de empresa de la formación orquestal. Alguien “se coló por la puerta, entró en el camerino y robó”.

Falta de seguridad

El robo se denunció y la policía lo está investigando, pero lo peor es que “no es la primera vez que pasa esto”. Ya tuvieron un episodio idéntico hace un año y, en ese momento, el jefe de seguridad de la concesionaria les culpó por no cerrar bien la puerta de los vestuarios. Pidieron las grabaciones de las cámaras, pero, o estaban apagadas, o no funcionaban. “Querían hacernos responsables a nosotros”, incide Marcelo.

Esta vez, forma no oficial, les han dicho que sí se ve a una persona entrar en los vestuarios femeninos. Pero este episodio es una consecuencia de un problema de base que denuncia la Sinfónica: falta seguridad en el recinto. No tienen control de puerta y después de la pandemia se suprimió la vigilancia 24 horas. “Lo que reclamamos urgentemente es un conserje o seguridad durante las actuaciones”, demanda el músico.

Un millón de euros por alquilar un recinto con goteras

El Palacio de la Ópera es de titularidad municipal, pero la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, entiende que la responsabilidad de la custodia y de contratar las medidas de la seguridad es “de la concesionaria” del recinto. Desde el comité no están de acuerdo después de leer el contrato de alquiler : “se ve que la concesionaria es responsable de cubrir las pérdidas pero la seguridad que necesitaríamos, la tiene que pagar el Consorcio de Promoción de la Música de su ya mermado presupuesto”.

Y el alquiler no es nada barato. “Estamos pagando un millón de euros por el alquiler de un recinto que se cae a pedazos”. El edificio está lleno de deficiencias. Las más sonadas son las filtraciones en dependencias como la sala de cámara o las oficinas. Las goteras llegaron a colarse en el auditorio principal, aunque están en vías de solución con “algunos apaños que están funcionando, pero es solamente un parche”.

No es un auditorio real

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Las condiciones en las que ensayan y tocan son “pésimas”, con sillas de hace 20 años y mala acústica. Tuvieron que quitar la concha de madera que había tras el escenario o incluso el suelo de madera por el constante crujido que hacía cuando se movía un músico. Hasta han ensayado con “hormigas” alrededor y “olor en los baños a cloaca”. En los camerinos no caben todos “y nos tenemos que cambiar en una especie de depósito de tierra”.

Un recinto que, en definitiva, no está a la altura de la calidad musical de la Sinfónica, que presenta un nivel musical “muy alto”. “Con lo que se ha gastado en alquiler estos años y lo que se ha invertido en reparar esta sala se podría haber construido otra”, lamenta Marcelo, que relata que A Coruña es la única gran ciudad de Galicia sin un auditorio de música real cuando tiene la mejor orquesta de la comunidad. “Por más Palacio de la Ópera que lo llamemos, es una sala de congresos y conferencias, no tiene la más mínima acústica”.