El Partido Popular de A Coruña presentará una moción en el pleno municipal del próximo 10 de septiembre para pedir la dimisión de Irene Lozano como presidenta del Consejo Superior de Deporte. El CSD medió en la reunión del pasado jueves entre la Federación Española y la Liga de Fútbol Profesional para pactar el calendario, y finalmente, ante la falta de acuerdo entre ambos, el CSD optó por dar el visto bueno al presentado por la patronal que preside Javier Tebas, que incluía una Segundas División de 22 equipos, con el Fuenlabrada y sin el Dépor y el Numancia, que pedían la ampliación a 24 por todo lo ocurrido en la última jornada de Liga, con el brote de coronavirus detectado en el equipo madrileño.

La alcadesa de la ciudad, Inés Rey, ha sido critica con la decisión del CSD. Ahora, ante la moción que presentará el PP, dice que, llegado el momeno, la estudiara. “Estudiaremos esa moción como hacemos cada vez que hay una moción que se presenta en el pleno. Se debate en el seno del grupo municipal. Aún no la hemos visto y no se si está registrada, pero el grupo socialista siempre que apoya mociones lo hace pensando en la ciudad y en el interés de los coruñeses y las coruñesas y así lo haremos” Se da la circunstancia que Inés Rey e Irene Lozano comparte partido político, el PSOE. La presidencia del CSD es un cargo político y Lozano es persona cercana al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Las razones que expone el PP son las siguientes:

Por haber renunciado a defender al Deportivo, quien cumplió con todas las normas y es el gran perjudicado por todo lo sucedido, y a los valores del fútbol del atropello que han sufrido durante estas últimas semanas.

Por haberse posicionado, a la hora de la verdad, del lado de Javier Tebas padre y de Javier Tebas hijo, cuyas artimañas contra el Deportivo conocemos todos.

Por haber ajusticiado al Deportivo con alevosía y nocturnidad, anulando el expediente sancionador de la Federación menos de 24 horas antes de la reunión del jueves. en la que se puso de parte de los culpables.

Por la llamada de teléfono con la alcaldesa que trascendió a los medios y que es humillante para la ciudad y para el deportivismo, en la que se confirmó que la decisión era política y estaba tomada de antemano.

Por haber permanecido impasible, mirar hacia otro lado y no abrir una investigación sobre las circunstancias que rodearon a la bochornosa e injustificada detención de Álex Bergantiños.