Incendio de Jarilla: “La noche ha cambiado el escenario” y se abre una ventana de esperanza en Extremadura
No ha habido reactivaciones en las poblaciones evacuadas y el viento dará una tregua

Incendio de Jarilla
Mérida - Publicado el
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Extremadura respira con cautela. Después de una jornada marcada por la gravedad de los incendios que afectan a la región, especialmente en la provincia de Badajoz y en el incendio de Jarilla, la madrugada ha traído un cambio notable. El consejero de Presidencia, Abel Bautista, ha asegurado que “podemos hablar de una situación radicalmente distinta a la existente a principios de la noche”.
Sin crecimiento y con condiciones favorables
Según Bautista, el fuego en Jarilla se mantiene en unas 4.800 hectáreas y 50 kilómetros de perímetro, sin crecimiento respecto al día anterior. Además, no se han producido reactivaciones en las poblaciones evacuadas, algo clave para avanzar hacia la estabilización. El viento, aunque aumentará ligeramente hasta las 18:00 horas, dará una tregua de varios días que permitirá enfriar el terreno.
Evacuaciones y mensajes de calma
Tres localidades y una urbanización permanecen evacuadas, además de un confinamiento en Oliva de Plasencia. Bautista ha enviado un mensaje directo a los vecinos: “Hay mucha gente en el monte trabajando para que vuelvan lo antes posible”. El consejero ha insistido en que la seguridad es prioritaria y que los retornos se harán solo con un 100% de garantías.
La batalla contra los bulos
El incendio de Jarilla ha introducido un nuevo desafío: la circulación de vídeos falsos y mensajes engañosos sobre supuestas viviendas quemadas. Bautista ha pedido a la población y a los medios de comunicación que se informen solo por canales oficiales. Se está elaborando un inventario detallado de bienes afectados, que —según la Guardia Civil— serían escasos y no incluirían primeras viviendas.
Otros focos activos
Bautista ha agradecido el trabajo incansable de efectivos del Plan Infoex, UME, comunidades autónomas vecinas, Cruz Roja, Protección Civil y agricultores y ganaderos, subrayando que “se están jugando la vida” para frenar las llamas.