Una quincena de comerciantes de la capital cacereña se han concentrado la tarde de este jueves, vestidos de negro, vela en mano y con todas las medidas anticovid, en el entorno de la calle San Pedro de Alcántara, para mostrar su esperanza de que el “final del túnel” esté cerca y pedir que cuando este llegue se apoye al pequeño comercio cacereño.

“Nos encontramos aquí, de negro, de negro por lo que está sufriendo el país, las familias, la Sanidad y nuestro pequeño comercio, con la esperanza de la luz que representa el fin de esto. Esperanza en doblegar la curva de contagios, luz al final del túnel, esperanza. Cuando esto acabe necesitaremos más que nunca vuestro apoyo, consume local”, rezaba el manifiesto leído por Lourdes Mateos, propietaria de la tienda de ropa de mujer ”La Casita de Noa”.

En su opinión, parece que quieren “demonizar” al comercio por el incremento de casos de coronavirus en la región, sin embargo, el cambio de tendencia, a juicio de Mateos, se debe a la relajación de los gobernantes que han perdido el “equilibrio entre la pandemia y la economía”, por lo que seguirán protestando por el cierre los días que tengan la persiana bajada a las 12, junto a sus negocios.

“Seguiremos con la cacerolada para que no se relajen, para recordarles día a día que tienen que estar alerta porque nosotros creo que estamos cumpliendo todo lo que nos han pedido”, ha afirmado.

No entienden el criterio que se ha seguido para hacer cierres de unos comercios y de otros no, “cuando el pequeño comercio ha sido y somos una herramienta pedagógica de la concienciación de las medidas higiénico-sanitarias a adoptar en la lucha contra el COVID”, ha explicado Ana Rodrigo, presidenta de la asociación de comerciantes de Astoria.

“Estamos cumpliendo todo lo que nos han pedido y necesitamos trabajar para seguir viviendo porque con los comercios cerrados los ingresos son cero”, ha apostillado Rodrigo.

A su juicio, sigue existiendo movilidad, una de los motivos esgrimidos para el cierre de la actividad no esencial en las poblaciones de más de 5.000 habitantes en Extremadura, al menos hasta el día 20 de enero.

“La gente se sigue moviendo porque yo puedo ir a supermercado 10-15 veces al día y no tengo ningún problema. Mis clientas vienen una vez al día máximo a mi tienda no están viniendo continuamente mientras”, ha expuesto.