Pide a domicilio en un restaurante en Almendralejo y la petición que hace deja al personal descolocado: acaban accediendo

Lo subía la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero, y contaba cómo al final, aunque era una petición de lo más extraña, el restaurante accedía a lo que pedía

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Imagen de recurso de dos repartidores de comida a domicilio 

Ana Rumí

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Puede que formes parte de los afortunados que, en este momento, disfrutan de un merecido descanso aprovechando los múltiples puentes de noviembre (y también de diciembre, cuando lleguen). O quizá seas de quienes todavía deben esperar un poco más y aprovechar esos días en otro momento. En cualquier caso, esos momentos de desconexión siempre están presentes en la mente y se convierten en una motivación para afrontar los días de trabajo con más ánimo. 

Los descansos de fines de semana largos son perfectos para romper con la rutina y dejar atrás, aunque sea temporalmente, las preocupaciones que nos acompañan durante el año. También representan una gran oportunidad para hacer cosas distintas, esas para las que normalmente no encontramos tiempo para disfrutar.

Puede ser ese viaje pendiente desde hace tiempo, una visita a ese museo del que siempre has oído hablar o, simplemente, un paseo tranquilo por tu ciudad, sin mirar el reloj y sin preocuparte de nada más que la actividad que estás haciendo.

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Jubilados en el paseo marítimo. A Coruña

Son momentos en los que solemos consentirnos un poco más y darnos esos caprichos que, en el día a día, solemos posponer: salir a comer fuera o pedir algo a domicilio, por ejemplo.

Y es que esto último resulta especialmente tentador (con vacaciones o sin ellas, seamos sinceros). Porque así puedes disfrutar del tiempo libre en casa, mientras haces otros planes, sin preocuparte por cocinar. Eso sí, uno también gasta con estas decisiones.

La petición en un local de Almandralejo  

Pedir a domicilio es uno de esos caprichos que todos nos podemos permitir de vez en cuando, y que, de hecho, están a la orden del día. Da igual si lo haces en un restaurante de tu ciudad, o si es en un local de comida rápida, porque prácticamente todos tienen la opción de pedir a domicilio.   

Si bien nos parece que no es un gasto de dinero, al final te acabas dejando parte del bolsillo sin que te des cuenta. Sea como sea, cada vez se pone más en práctica esto de pedir a domicilio, y es entonces cuando aflora la creatividad.

Esto es lo que ha pasado en un local de comida rápida de Almendralejo, en Badajoz. Unos clientes pidieron a domicilio y, entre las notas, incluyeron una petición de lo más extraña con la que el personal se quedó a cuadros.

No era para menos, porque más allá de la comanda, pidieron que parte del personal dibujara en la bolsa un 'pikachu', ese tierno personaje de la famosa serie 'Pokemon' que se convirtió en el principal de la trama.

“¿Podéis dibujar un 'Pikachu' en la bolsa? Solo si es posible, gracias” decían en la petición.

Aunque se quedaron sin palabras, más adelante los camareros decidieron acceder a su petición y dibujarlo con una precisión asombrosa.

Una petición absurda a altas horas de la madrugada

Las ciudades grandes, seamos francos, no duermen nunca. Y no es que queramos que sean una copia de ciudades como Nueva Yorksino que las grandes urbes acaban pareciéndose entre sí.   

Hay multitud de tiendas, da igual por dónde pasees que acabas encontrando un sitio donde tomar algo, donde descansar, o donde dar una clase de gimnasia. Y si hay algo que caracteriza a estas ciudades es que, a altas horas de la noche, sigue habiendo muchos establecimientos abiertos.

Bares, discotecas, tiendas e incluso supermercados. Eso propicia, muchas veces, que, presos de un capricho, vayamos a alguno de estos locales a altas horas de la madrugada. Y si no queremos hacerlo, siempre podemos llamar para que nos lo traigan.

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Alcalá

Es lo que pasó en un piso céntrico de Madrid, donde llamaron, a altas horas de la madrugada, a un repartidor. El capricho, como él mismo contaba en las redes sociales, era 'absurdo'.

“Pedirme unas palomitas a un cine por Uber es algo que no me esperaba hoy” empezaba contando este repartidor. Así, iba enseñando cómo era su trayecto, hasta llegar al cine de lujo donde le vendían las palomitas.

“El antojo de la noche, sin ningún tipo de duda. ¿Os pediríais palomitas por Uber pese a lo carísimo que es? Palomitas entregadas, y un cliente feliz acababa diciendo este repartidor.