La Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de Badajoz llevará el nombre de Guillermo Fernández Vara
Se trata de un tributo que entrelaza para siempre la vocación sanitaria del expresidente con el futuro de la formación médica en Extremadura.
Nuevo edificio de la Facultad en la capital pacense.
Badajoz - Publicado el
2 min lectura
La grieta que la partida del expresidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha abierto en el ánimo de Extremadura comienza a cubrirse con los primeros gestos de un reconocimiento que trasciende lo político para adentrarse en lo esencial. En un acto sin duda memorable, la Junta de Extremadura, a través de su presidenta María Guardiola, ha propuesto a la Universidad de Extremadura (UEx) que la nueva Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de Badajoz perpetúe su memoria llevando su nombre. Este homenaje, surgido del diálogo entre el Gobierno regional y el rector Pedro Fernández es la consagración de un vínculo indisoluble entre un hombre, su tierra y la vocación sanitaria que nunca abandonó. La tramitación administrativa que ahora se inicia es el camino formal para sellar un destino compartido: el del progreso de la sanidad extremeña y el legado de quien fue, ante todo, un médico.
un nombre para el futuro
Guillermo Fernández Vara, natural de la localidad de Olivenza, fue médico forense de profesión y pudo acercarse así al dolor humano desde la intimidad de la sala de autopsias antes de hacerlo desde el despacho oficial. Su trayectoria, marcada por doce años al frente de la Presidencia de la Junta, estuvo indisolublemente ligada a la sanidad extremeña durante su etapa como consejero de Sanidad y Consumo. Aquel bagaje imprimió a su acción de gobierno una mirada singular, la de quien conoce la vulnerabilidad del cuerpo y la responsabilidad de aliviarla. Bautizar la casa donde se formarán los futuros galenos con su nombre supone la transmisión de un testigo, algo así como enhebrar el hilo de su compromiso profesional en el futuro de la medicina regional.
Más allá de los cargos y los logros políticos, la figura de Vara se agiganta en su humanidad, sobre todo en los últimos meses por la manera de vivir su enfermedad. Una experiencia que, como él mismo testimonió, le permitió "vivir otra vida", una reflexión cargada de profundidad y significado cristiano. En los últimos compases de su vida, asumiendo la vicepresidencia segunda del Senado encarnó una resiliencia serena. Su legado, por tanto, no se mide solo en obras de gobierno, sino en la calidez de su trato, en su cercanía proverbial y en su pasión por las cosas sencillas.
Al designar este centro con el nombre de Guillermo Fernández Vara, Extremadura no solo honra a un expresidente. Está elevando un principio: que el servicio público, cuando está imbuido de integridad y conocimiento, deja una huella que la muerte no puede borrar. Las futuras generaciones de estudiantes de medicina cruzarán las puertas de un edificio que es, en sí mismo, una lección.