Áurea: la religiosa pacense que está revolucionando Chad
Esta misionera Salesiana quiere construir un centro socioeducativo que enseñe a las jóvenes chadianas a procesar las materias primas locales para evitar la migración.

Badajoz - Publicado el
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Desde las serenas tierras de Orellana de la Sierra, en Badajoz, hasta las áridas llanuras de Koumra, al sur de Chad, la historia de Áurea Arcos Risco es un canto a la fe y la tenacidad. Con 72 años, esta monja salesiana, menuda en estatura pero gigante en espíritu, lleva una década entregada a África, los últimos tres años en uno de los países más pobres del mundo. Su misión: transformar vidas a través del agua, la educación y, ahora, un ambicioso centro de Formación Profesional para jóvenes, especialmente mujeres. En una región donde la esperanza de vida no supera los 53 años, Aurea desafía el desierto con proyectos concretos. «Aquí no basta con dar pan; hay que enseñar a sembrar», afirma desde Koumra, donde las Salesianas ya han construido un colegio y llevado agua potable a comunidades olvidadas. Su próximo sueño es un centro que enseñe a procesar cacahuetes, anacardos, mijo y otras materias primas locales y que evite que los jóvenes arriesguen su vida en rutas migratorias.
La precariedad en la educación en Chad es la que movió a la Diócesis de Shar a pedir a las Salesianas que fueran al país, concretamente a Koumra, poniéndoles como uno de los objetivos: contribuir a mejorar los niveles educativos del municipio, incluyendo la formación del profesorado. Las Salesianas para contribuir a este objetivo están colaborando con la escuela de la Diócesis y además planean construir a medio plazo ese complejo socioeducativo.
Junto a este trabajo de mejorar los niveles educativos en la zona está el trabajo en el empoderamiento de las mujeres. Se está trabajando para poner en marcha a corto plazo un programa integral dirigido a las mujeres de todas las edades incidiendo sobre todo en las adolescentes y jóvenes, muchas de ellas madres precoces sin habilidades para cuidar de ellas mismas y menos aún de sus hijas e hijos.
Este mes de mayo, cuando la familia salesiana celebra con fervor a María Auxiliadora —patrona de su obra—, la labor de Áurea encarna el carisma de Don Bosco: educar para liberar. La devoción a la Virgen, símbolo de fortaleza y auxilio, se refleja en cada aula que levantan en zonas desfavorecidas. Hoy, 6 de mayo, coincidiendo con la festividad de Santo Domingo Savio —el joven santo salesiano que proclamó «prefiero morir que pecar»—, la historia de Aurea nos recuerda que la santidad también se construye con lodo en los pies y manos callosas. Como Santo Domingo, ella cree en la pureza de los sueños de los más pequeños: «Cuando nos ven, vienen a nosotras gritando "Don Bosco, Don Bosco"», nos contaba en una entrevista en Mediodía COPE Badajoz que puedes escuchar en el audio adjunto.
Y es que el espíritu de Don Bosco, quien dedicó su vida a educar a jóvenes marginados en la Turín del siglo XIX, late en cada rincón del proyecto de Aurea. «En Chad, la educación no es un privilegio, es un salvavidas», subraya la misionera. Su futuro centro de FP no solo enseñará oficios, sino que combatirá la discriminación de género: en una férrea comunidad musulmana, donde las mujeres son invisibilizadas, formarlas como emprendedoras agrícolas o técnicas en procesamiento de alimentos es revolucionario. Así, como Don Bosco creía en la prevención más que en el castigo, Aurea apuesta por la prevención de la migración desesperada a través de la dignidad laboral.
El programa incluirá desde alfabetización hasta formación profesional/ocupacional en oficios que les permitan crear sus propios micronegocios y además charlas sobre hábitos higiénicos y nutricionales saludables, cuidado de las hijas/os y del hogar, refuerzo de la autoestima.
Junto a estas dos líneas de actuación, también está todo el trabajo de pastoral junto a la parroquia de referencia, la parroquia San Francisco Javier, a la que pertenecen unos diez poblados, con una feligresía de 15.000 católicos/as. San Francisco Javier es una Iglesia viva y necesita de muchas manos. En el marco de este trabajo pastoral se quiere establecer el centro juvenil de las Salesianas en su zona de actuación.
Las Salesianas tiene ya en el Quartier Nderguigui en Koumra la propiedad de un terreno de 6 hectáreas, en el que construir a corto plazo la propia casa de las FMA así como dos salas multiusos con aseos para poner en marcha las primeras actividades de empoderamiento de mujeres y el centro juvenil
Áurea, la hija menor de una familia extremeña forjada en la humildad y la solidaridad, no busca monumentos. Su legado son risas de niñas que, por primera vez, ven una aula; jóvenes que aprenden a transformar anacardos en productos con valor añadido; comunidades que beben agua sin miedo. En este mes de María Auxiliadora, su labor es un eco de aquel «Haz el bien siempre» salesiano.
Desde COPE Badajoz, invitamos a sumarse a su causa —a través de donaciones a VIDES, una ONG que colabora con las Salesianas, o contactándola en aureaarcos@gmail.com—, porque como dice ella: «En cada joven que aprende, Chad renace». Hoy, mientras honramos a Santo Domingo Savio, recordamos que la santidad también se escribe con tiza, libros y manos tendidas a la esperanza.