La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en colaboración con Datadista ha recogido información sobre las emisiones contaminantes y los protocolos de actuación en las principales ciudades españolas durante el año 2018. Estos datos han sido comparados con los recomenados por la Organización Mundial de la salud (OMS).

Tal y como ilustra el gráfico, las emisiones medias anuales de las partículas en suspensión más pequeñas (PM 2,5) superan en todas las ciudades analizadas los 10 µg/m³, el valor fijado por la OMS. En concreto, en Valencia el nivel medio medido alcanzó los 14 µg/m³. Pero es que, además, las cinco estaciones de medición de Valencia superaron en algún momento los 25 µg/m³ diarios, otro límite de emisiones que establece la OMS; de hecho, tres de ellas lo hicieron durante al menos 30 días.

Las partículas en suspensión irritan e inflaman las vías respiratorias, agravan el asma y elevan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón.Un reciente estudio publicado en el European Heart Journal duplica la estimación actual sobre el número de muertes prematuras producidas cada año por la contaminación del aire, hasta alcanzar los 660.000 fallecidos solo en la Unión Europea. 

En cuanto a las fuentes de emisión, varían mucho según la ciudad: puertos y aeropuertos, calderas de carbón y gasóleo, industria cercana, cementeras… incluso el polvo sahariano. Pero la principal sigue correspondiendo a los vehículos diésel, sobre todo de los modelos más antiguos. 

Este estudio ha sido publicado después de que el ayuntamiento de Valencia desactivara el protoclo por contaminación por el polvo africano que ha estado presente en la ciudad.