La temporada estival se caracteriza tradicionalmente por las altas temperaturas. Estos altos niveles en el mercurio provocan algunas alteraciones en la vida cotidiana, como la recomendación emitida por las autoridades sanitarias de evitar salir a la calle en las horas centrales del día o la dificultad para conciliar el sueño en las denominadas “noches tropicales”, es decir, cuando los termómetros no bajan de los 20 ºC durante la madrugada. Este mes de agosto, la Comunidad Valenciana se encuentra viviendo noches con unas temperaturas mínimas muy elevadas hasta el punto de que diferentes expertos en la materia han llevado a tildar estas noches de “ecuatoriales” o “tórridas” debido que las temperaturas no descienden ni siquiera de los 24 ºC.

De hecho, la capital valenciana no ha bajado este lunes de los 25 ºC. Las temperaturas han sido algo más suaves – aunque no mucho – en otras localidades valencianas como Llíria, Oliva, Sagunto o Xàtiva, donde las temperaturas mínimas se han situado en el entorno de los 23 ºC durante las últimas horas. Este oleada de temperaturas elevadas durante las noches se debe a factores igualmente presentes en la Comunidad Valenciana como la elevada humedad relativa o la práctica ausencia de viento que, además, acentúan la sensación de bochorno en las personas. En este sentido, la humedad recogida por la estación meteorológica de la Universidad Politécnica de Valencia, situada a poco más de un kilómetro del mar, se ha situado en el entorno del 90% durante las últimas horas.

Se trata, sin lugar a dudas, de un fenómeno que se ha agravado durante las últimas décadas, muy probablemente por el aumento generalizado del mercurio característico del calentamiento global. Durante la década de 1940, hubo un total de tres noches con una temperatura mínima igual o mayor de 24 ºC en la ciudad de Valencia; en 1970, el número de “noches ecuatoriales” creció hasta las siete; y durante la década de 2000, las noches con temperaturas altas fueron de 102. Finalmente, desde 2010, la capital valenciana ha vivido hasta 128 noches en que el mercurio no logró descender de los 24 ºC durante la madrugada.