Cuatro partidos, cinco vuelos, dos viajes en autobús y 13.200 kilómetros por delante. Ése es el plan de viaje que le aguarda a la primera plantilla masculina de Valencia Basket para afrontar un tramo decisivo de la competición, sobre todo por lo que a la Euroleague se refiere. Los duelos contra Zenit, Efes y Maccabi valen más que una simple victoria. Son enfrentamientos directos ante rivales que buscan exactamente el mismo objetivo: acabar entre los ocho primeros clasificados al acabar la fase regular a la que le quedan nueve jornadas. Todos persiguiendo lo mismo.

El viaje comienza el miércoles y antes de llegar a San Petersburgo, el equipo hará escala en la localidad polaca de Cracovia. Las expedición la compondrán trece jugadores, puesto que la única baja por lesión será la de Guillem Vives, todavía renqueante de una lumbalgia aguda que no es la primera vez que le trae de cabeza. Joan Sastre ya está recuperado.

Como curiosidad, en el Sibur Arena ruso les esperarán unos 3.000 espectadores en las gradas, algo que lejos de molestar a Jaume Ponsarnau por la diferencia que supone con el resto de medidas restrictivas, "me gusta, aunque sean rivales". El partido comenzará el jueves a las 18 horas y, como siempre, lo contará Tiempo de Juego (92.0 FM, en la web y en la aplicación para dispositivos móviles).

Desde San Petersburgo el equipo saldrá horas después del partido rumbo a Lleida para descansar y viajar por carretera a Andorra donde jugar el domingo a mediodía. Y a la conclusión del choque contra los de Ibon Navarro, vuelta a Lleida.

Nuevo vuelo desde la capital ilerdense camino de Estambul para medirse el martes 2 de marzo (18:30) al Anadolu Efes y desde Turquía viaje a Tel Aviv para visitar al Macaabi (jueves 4 a las 20:05 horas). Tras ese choque, y con escala en Catania, regreso a València durante la madrugada del viernes. Al más puro estilo Phileas Fogg.